Neville seguía en la enfermería pese a que se había despertado hacía tres días del coma que le había inducido esa planta en el invernadero cinco, pero madame Pomfrey aún no le dejaba volver a retomar su rutina diaria diciendo que debía permanecer en observación un poco más, algo que le estaba volviendo loco, porque sospechaba que en realidad la enfermera no le tenía allí por esa razón, sino para protegerle de lo que estaba sucediendo en el castillo.
Claro que ella no había querido decirle nada, pero el día que despertó lo primero que vio fue a Nathan, el niño de primer año a quien Ginny cuidaba como si fuera su hermano menor, y él le contó todo lo que había sucedido en esas últimas tres semanas que estuvo dormido: desde el asesinato de Hermione, el secuestro de Luna y el atentado en La Madriguera. Neville aun recordaba que no había sabido cómo reaccionar cuando el niño se puso a llorar frente a él del alivio que le causaba que hubiera despertado, porque eso significaba que ya no estaría tan solo ahora que Ginny ya no estaba para cuidarle ni Ron para conseguirle alguna información sobre su hermano mayor (algo que el muchacho solía hacer a través de Hermione).
Neville se sentó en la cama, ya no podía seguir allí descansando como si nada estuviera sucediendo fuera, era hora de empezar a actuar.
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Severus Snape apareció en su despacho de la dirección desde la casa Black, su rostro imperturbable de siempre no dejaba sospechar el verdadero caos de sentimientos que tenía en su interior.
Se quitó el anillo del dedo anular y lo contempló por largos minutos, el día que lo fabricó con la magia de Potter y la suya creyó que resultaría bien, pero por lo visto había fallado. ¿Cómo pudo equivocarse tanto? Pensó, la rabia creciendo lentamente como cada vez que algo no le salía como esperaba.
-¿Podemos hablar? –La voz suave de Christine le sacó de sus pensamientos, pero no de su enojo.
-Saliste del castillo –siseó –Me desobedeciste.
La joven dio un paso atrás, sabiendo que no podía acercarse a él cuando estaba así.
-Estaba en la casa de seguridad –se justificó –No salí de allí.
-Te ordené que te quedarás en tu habitación –exclamó mostrando al fin el enojo que estaba sintiendo desde que llegó a Hogwarts – ¿O acaso tu poca inteligencia no te permite entender algo tan simple como eso?
-¿Por qué me hablas así? –Preguntó dolida.
-Tú no pusiste mucho reparo a cómo me hablaste anoche, ¿o sí?
-Lo siento, sólo…
-No quiero escuchar excusas ni explicaciones ni nada –le cortó levantando una mano para callarle –Ve a hacer lo que tengas que hacer, pero lejos de aquí.
Christine no obedeció de inmediato, insegura entre justificarse o dejar todo como estaba, hasta que al final silenciosamente se dirigió a su habitación.
Snape se sentó tras su escritorio y volvió a mirar el anillo, el brillante grabado interno que Potter se había empeñado en colocarle para que fueran más personales, parecía burlarse de él y sus sentimientos en ese momento.
“De Harry para Severus”, leyó en el mismo momento que Christine volvía a pasar de su habitación hacia el despacho, casi corriendo como si estuviera escapando de algo.
>Christine –le llamó, pero todo lo que vio de ella ya fueron sus ojos anegados en lágrimas antes de desaparecer entre las llamas verdes – ¡Maldición! –Exclamó arrojando el anillo al fuego ¿Por qué siempre le tenía que salir todo tan mal?
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MASQUERADE
FanfictionHarry se escabulle de su habitación en la torre de Gryffindor cada noche después de que sus compañeros se hubieran dormido. "¿Qué es lo que hace?", se pregunta Ron una noche y decide seguirle. Grande será su asombro al verle entrar a las habitac...