Ojitos sin luz.

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Ojitos sin luz.

Es increíble nuestra negación cuando de la muerte se trata.

Nos pone furiosos, nos da miedo saber que algún día nuestro corazón se apagará, que algún día alguien bajará la llave de corriente y todo se habrá acabado.

Nos duele cuando un personaje muere en un libro, incluso esperamos que resucite, que en el próximo capítulo nos digan que todo se trataba de un mal sueño.

Pero la muerte no es un mal sueño, es un sueño blanco.

Un sueño eterno.

Como si nuestra mente se sumergiera en algún tipo de limbo que no tiene fin.

Cuando vi tus ojos por primera vez no sentí absolutamente nada, eran marrones como tantos otros, y brillaban igual.

Pero cuando los vi por última vez sentí que eran los más bonitos del mundo.

No sé si fue el momento, o yo fui demasiado tonto como para notarlo antes, que su simpleza era lo que los hacía bellos.

Y ahora ellos ya no brillan, ya no me observan con enojo o picardía.

Porque se apagaron, al igual que tu corazón.

Y siguen habiendo un millón de ojos marrones, pero no son tus ojos.

Supongo que eso es lo que duele.

Porque siempre habrán ojos marrones con brillo en ellos, pero no son los ojos marrones que sabían decirme te quiero sin mover los labios.

La muerte se convirtió en tu nueva amiga, y cubrió tu cuerpo caliente con su manto helado, absorbió el brillo y suavidad de tu cabello, pintó tus uñas con colores fríos y se enamoró de tus ojos.

Los cerró para siempre, y se los llevó consigo.

Y me dejó una imagen de ti bastante triste.

Te pintó como si fueras un cadáver más, cuando tú eres más que eso.

Eres la chica con ojos marrones con brillo, la chica que no destaca ante nadie, pero que resalta hasta en la noche más oscura ante mis ojos.

Se llevó la imagen sonriente, y me dejó la del rostro sin semblante alguno.

Me dejó un lienzo en blanco, pero le puso candado para que no pudiera seguir pintando vida en él.

Me dejó sólo con alguien que no se siente como tú.

Así que decidí enterrarte, pero a pesar de ello aún sigo creyendo que te tengo aquí conmigo.

Que es tu voz la que me canta con los pájaros y tus manos las que juegan junto al viento.

Que de alguna forma tus ojos marrones no se apagaron, que siguen ahí fuera, esperando por este tonto.

Que resucitaras, que me despertarás y me dirás que todo fue un mal sueño.

Pero... si ese tipo de cosas no suceden en los libros, ¿Por qué habrían de suceder en el mundo real?

Tal vez, sólo tal vez deba aceptar que te has ido.

Pero duele tanto, tanto, que prefiero creer que estarás a mi lado al despertar, que serás la excepción a la regla.

Porque sin ti no pudo seguir viviendo, sin ti yo no respiro.

Encrucijada MentalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora