"Ya no te quiero" dije y tan rápido como las palabras abandonaron mis labios sentí el arrepentimirnto fluir en mi sangre. Pero me dije a mí misma que cuando de herir sentimientos ajenos se trata lo mejor es ir con la verdad, antes qué endulzar el corazón con sentimientos que poseen un final más inminente que el dolor de la cruda realidad.