A la mañana siguiente, nadie fue a despertar a la joven _______.
Así que ella tuvo que bajar y hacer su desayuno sola.—"¡¿Señorita?! ¿Qué hace?"—Gritó Meyrin.
—"Como nadie me fue a despertar, tengo que hacerlo todo yo sola. No le agrado a Sebastian."—La de cabellos fucsias puso una expresión de angustia.
Ella se sirvió su té con unas galletas, se comió todo y lavó los trastes.
Luego subió, dispuesta a darse un baño.—"La señorita es muy autosuficiente..."—Pronunció Finny, asombrado.
Cuando la joven subió y abrió la puerta del baño, se encontró a amo y mayordomo en una posición extraña, con Ciel completamente desnudo.
—"No vi nada."—Inexpresiva, la joven cerró la puerta y se dirigió al otro baño.
Se llenó la bañera con agua, hizo espuma y tiró un patito de plástico, el cual flotaba en el agua.
Ella se metió y se relajó.De pronto, Sebastian abrió la puerta de un portazo.
—"¡¿Qué crees que haces?!"—Ella lo miró.—"Lo que tú no haces."—Se relajó aún más.
—"¡Ducha rápida! No sé qué haces ahí creyéndote la Reina."—Sebastian abrió la ducha, salió agua helada.
—"AH, CONDEMNO! ¡ESTÁ HELADA!"—Gritó la joven.
Cómo vio que el mayor no cerraba la ducha, ella le tiró agua, mojándolo entero.—"¡Ya verás!"—Sebastian la agarró de la cabeza, ahogándola en el agua.
Ella forcejeaba, pero de pronto dejó de forcejear y Sebastian se asustó.—"¿________?...Era broma, ey..."—La movió.—"¡¿_______?!"—la empezó a sacudir con fuerza.—"¡Bú!"—Saltó, asustando al mayor. Ella rió.
—"Mocosa malcriada."—Suspiró.
—"¿Qué sucede? ¿Porqué el ruido?"—Ciel entró al baño, ya que el mayordomo había dejado la puerta abierta.
Pero sin querer, el Conde vió a la joven completamente desnuda.
Ella rápidamente se metió de nuevo en el agua.—"¡Lo siento!"—Se tapó la cara, rojo a más no poder.—"¡Joven amo salga de aquí!"—Lo empujó.
—"¡Tú también!"—Ella le tiró el patito de juguete a su hermano mayor en la cara.
El salió, junto a su amo.═════✮❁•°🥀°•❁✮═════
Cuando la jovencita terminó su baño, se cambió y bajó a la cocina.
—"¿Qué haces?"—Preguntó curioso el conde.
—"Hago un pastel para Sebastian, de reconciliación."—Ella sonrió.
—"Pero...Sabes que Sebastian no come come comida humana, ¿Verdad?"—El Conde no entendía que planeaba su contraria.
—"¿Eso te dijo?"—Ella miró al Conde como si él estuviera hablando tonterías.
—"¿Qué quieres decir con eso?"—Frunció el ceño.
—"¿Sebastian no come nada de nada?"—Preguntó asustada.
—"No... Él no come comida humana."—La joven inhaló, preocupada.—"No come nada desde hace tres años, que nos conocemos."—Se cruzó de brazos.
—"Oh...Entonces estará a gusto con lo que le prepararé."—Volvió a sonreír.
Pasaron dos horas y el pastel ya estaba listo.
Ella puso una rebanada en un plato, con intención de llevársela a su hermano.—"¡No coman ese pastel!"—Les gritó a los tres sirvientes presentes y salió de la cocina, buscando a Sebastian.