🥀Capítulo: Achtzehn🥀

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—"Y más te vale que dejes de beber y de fumar, porque si no..."—Amenazó el mayor.

—"¿Si no, qué?"—La menor sonrió.

—"Te castigaré. Nunca fuiste castigada ni por mamá, ni por papá, ni por mí porque siempre te comportabas, pero ¿Beber y fumar? ¡Ja! No, señorita, no."—Sebastian frunció el ceño.

—"Yo hago lo que quiero, sal de aquí."—El mayor pareció molestarse, pero solo se limitó a salir de la habitación.

A la mañana siguiente, Sebastian, antes de que su amo se despertara, despertó a su hermana para que salga de la residencia.
—"Vete de aquí, no quiero que él joven amo te vea."—El mayor la destapó y procedió a desnudarla, para ponerle un vestido.

—"¡¿Qué crees que haces?! ¡Pedazo de pervertido! ¡No me toques! ¡No lo hagas!"—Gritó la joven, somnolienta.

—"Si supieras cuántas veces te cambié mientras dormías."—Sebastian sonrió de lado y se fue de la habitación.

Ella se levantó, resongando y se puso el vestido.

—"¿Sebastian? ¿Qué fue todo ese escándalo? ¿Quién grita?"—La joven escuchó a través de las paredes, esa voz que tanto extrañaba y añoraba escuchar, pero que a la vez le hacía preguntarse: «¿Porqué me hizo eso?» Ella sabía perfectamente el porque, porque la ama.
Pero aún así...Ella no podía perdonarlo, era solo una excusa porque no quería faltarle el respeto a su familia de nuevo.

—"No es nada joven amo, seguro estaba soñando despierto, vamos que le sirvo el desayuno."—El tono amable del mayor se fue alejando junto a sus pasos.

«Debo salir de aquí...» Ella, ni lenta, ni perezosa, se puso a hacerle una carta a su prima Sieglinde, para el explicar el motivo de su abandono repentino de la residencia.
Terminó de hacer la carta y la dejó en la mesita de noche de la habitación, hizo la cama y salió por la ventana.

Ella empezó a caminar por el bosque de al lado de la casa de su prima, el cuál daba a la ciudad.
Pero una voz muy familiar la detuvo a la lejanía.
—"¡¿__________?!"—Ella se giró y vió a Ciel en una ventana del segundo piso, gritando por ella.
La joven lo ignoró y se dió la vuelta, pero volvió a girar en su propio eje cuando escuchó un golpe seco, viendo a Ciel tirado en el suelo, con una mueca de dolor.

—"¡¿Te tiraste de un segundo piso?! ¡¿Estás loco?!"—Gritó ella, sin acercarse.

—"No pensé que dolería tanto..."—Se paró, quejándose.
Se reincorporó y de acercó a ella, con rapidez, tomándola de las manos.—"__________... Discúlpame, sabes que yo te amo."—Ella frunció el ceño.

—"Yo no quiero saber nada de tí, no quiero saber nada de Christopher, los odio a los dos."—Ella hizo unos pasos hacia atrás, alejándose del joven.

—"No, no, no me estás entendiendo."—El negó con la cabeza repetidas veces.—"Si quieres te contaré todo con lujo de detalles, pero primero ven conmigo."—Él le extendió la mano, pero ella retrocedió otra vez.
Dió un paso en falso, vió la cara del joven como se transformaba a una de horror, pero ella no se dió cuenta de lo que pasaba hasta que sintió que ya no estaba pisando el suelo.
___________ se cayó por un acantilado.
Un grito desgarrador salió de la boca de Ciel, como si él mismo estuviera cayendo.

Por suerte para los dos, muy al fondo de ese acantilado había un río, pero claro, era inútil, __________ ya estaba inconsciente y sería incapaz de nadar.
Ciel se apresuró hasta llegar a un punto del acantilado dónde no era tan alto, se sacó las medias, los zapatos, el saco y se tiró.
Vió el cuerpo inconsciente de la pelinegra ser golpeado por ramas y rocas que había dentro del río.
La corriente era tan fuerte que rápidamente arrastró a Ciel al lado de la joven, abrazándola fuerte y no dejando que se hunda.

Pero a pesar de todo el esfuerzo y valentía de Ciel, la corriente era mucho más fuerte que ellos dos y los arrastró a los dos.
Estuvieron alrededor de cinco minutos siendo arrastrados y golpeados por la corriente, hasta que Ciel se logró agarrar de una rama larga de un árbol con una mano, y puso toda su fuerza en levantarse con la ayuda de dicha rama.
Lo logró, salió del río con la joven en brazos, la dejó acostada y empezó a tratar de despertarla.

—"¿__________? ¿Me escuchas? Linda, despierta."—Ciel le pegó suavemente en la mejilla, tratando de hacerla reaccionar.
Se empezó a preocupar, puesto que no había ni una sola señal de vida, así que puso sus dos manos en el pecho de la joven, haciendo  reanimación cardiopulmonar.
Hizo treinta compresiones torácicas y luego cinco respiraciones boca a boca.
Se separó y vió si había respuesta.—"¿__________?"—Ella comenzó a abrir los ojos, haciendo suspirar de alivio al contrario.

Se sentó bruscamente y comenzó a escupir toda el agua que había tragado.
—"¿Ciel? ¿Qué sucedió? ¿Dónde estamos?"—Miró a su alrededor, confusa y desorientada.

—"Tranquila, ya todo está bien."—El la abrazó, fuerte.—"Te caiste por un acantilado y te ahogaste."—Se separó.

—"¡¿Tú te tiraste a rescatarme?!"—Gritó.—"Sí que estás loco."—La joven frunció el ceño.

—"Estoy loco por tí, linda."—Ella soltó una risita hipócrita ante la cursilería del joven.

—"Te odio, pero sé dar las gracias.
Gracias."—Ella le sonrió.

—"No fue nada."—En ese instante la joven notó como los dos estaban golpeados.

—"Un momento...Si me ahogué, eso significa que tuviste que hacerme RCP, ¿No? Lo haces bien."—Ciel asintió.

—"Y no sabes cuantas cosas más puedo hacer bien."—Dijo coqueto, acercándose a ella.

—"Este no es el momento de coquetear."—Tajó la joven.

—"¿__________? ¿Qué haces aquí, en medio del bosque?"—Los dos jóvenes se giraron a ver a la muchacha rubia.

—"Helga."—La pelinegra le sonrió.

—"¿Nos presentas?"—Preguntó la rubia, sonriente.

—"Ah... Él es Ciel, ya te hablé de él.
Ciel ella es Helga, una amiga."—Los presentó.

—"Oh, con que él es."—La expresión de Helga cambió.—"Un gusto, Ciel, soy la novia de __________."—Le extendió la mano, mientras que el peliazul la miraba confundido.

—"No somos novias, no le hagas caso, es una lesbiana loca."—Aclaró __________, haciendo entender a Ciel y tomando la mano de Helga, en forma de saludo.

—"Aww, ¿Me vas a decir que después de todo lo que hicimos juntas, no somos nada?"—La rubia hizo un puchero.

—"Te dije que eso no significó nada para mí, yo NO soy lesbiana, NO me gustan las mujeres."—La pelinegra frunció el ceño, mirando a su contraria.

"𝓣𝓱𝓮 𝓼𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 𝓸𝓯 𝓸𝓾𝓻 𝓮𝔂𝓮𝓼" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora