🥀Capítulo: Zwölf🥀

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Ese día, los pájaros cantaban, las flores tenían un color viváz, el cielo era más celeste que nunca, con el sol brillando...Pero el que estaba destrozado era el hijo mayor de los Michaelis, que en su habitación lloraba sin parar, sin que nadie lo viera, ya que le gustaba aparentar que era un demonio completo, sin sentimientos y honrado.
En silencio, algunas lágrimas se deslizaban por su mejilla, mojando la almohada entre la mirada perdida del joven hacia la pared.

¿Porqué este apuesto joven lloraba? Bueno, su hermana menor estaba en el hospital, sufrió un terrible accidente que la dejó con pocas esperanzas de vida.
No se atrevía a verla en una camilla de hospital con tubos dentro de su cuerpo y agujas en sus lugares débiles, eso lo destrozaría.

Pero eso no era todo, había dejado a su pareja porque ya no la aguantaba, pero según ella estaba esperando un bebé de él.
¡Simplemente no podía pensar en ello! Nunca le gustaron los bebés, además solamente tenía veinte años, ya estaba grande, pero para él la vida adolescente seguía.

Escuchó la puerta principal abrirse, estaba seguro que eran sus padres volviendo del hospital.
El estaba boca abajo en la cama de su hermana, ya que él mismo no tenía una cama, no dormía.
Sintió la perilla de la puerta girar y abrirse, tal vez era su madre.
Escuchó unos zapatitos chiquitos pisar suavemente la alfombra, así que se dió la vuelta, viendo a su hermanita, sana, con sus mejillas rosadas y sus ojos brillantes como nunca.

"¡Boo!"—Se rió.

—"¡¿__________?! ¡¿Ya te dieron el alta?!"—El mayor la abrazó.—"Oh, estaba tan preocupado..."—La apretó fuerte.

—"¡Sí! Soy fuerte, como tú.
Un simple ataque de asma no me matará tan fácilmente, muajaja."—El pelinegro acarició las mejillas de la menor.—"¿Estabas llorando, por mí?"—El contrario asintió, sonriente.—"¡No llores!"—Ella le secó las mejillas, las cuales estaban mojadas.—"¡Ya sé! Hagamos una promesa.
Cuando el otro esté muy triste, el contrario le dará la muestra más grande de amor y sabrá que todo está bien, pues solo se usará en ocasiones especiales de mucha urgencia."—El mayor rió.

—"Y según tú, ¿Cuál es la muestra más grande de amor?"—Se cruzó de brazos, mirándola.

—"¡Un beso en los labios!"—La menor sonrió.

—"Eso no es la muestra más grande de amor, pero lo otro no lo haré contigo, eres chiquita."—Omitió la parte de que eran hermanos, pero eso no importaba mucho.

—"¡Te amo!"—La menor sin previo aviso lo besó en los labios, para nada era un beso inocente, a eso el mayor se sorprendió.

—"Yo también te amo."—El mayor decidió corresponder, tomándola de la cintura.
«Mierda, me siento sucio haciéndole esto...Es mi hermana menor.»  Pensó el mayor.

En años demonio, su hermana menor era dos siglos menor que él.
Sin mencionar, que tener sexo con tu hermana o hermano, no es considerado morboso, en el mundo de los demonios, son impuros y perversos.
Además, los demonios mayores a un siglo son considerados adultos, pero aún así...Se veía y actuaba como una niña de diez años, ¡Es una niña de diez años!
¡Qué se está besando con su hermano de veinte años!

Entre el beso, la puerta se abrió bruscamente, era su madre.

—"¡¿Qu-Qué carajos hacen?!"—La mujer agarró a su hija y la apartó de su hermano.—"¡¿Están locos?!"—La menor no entendía porque su madre estaba tan alarmada.

—"Solo nos estábamos demostrando que nos amamos."—Excusó la menor.

—"¡No, no! Me parece bien que se den besitos chiquitos, pero ¡Así no! Tú hermano es un enfermero y vaya a saber Satán que cosas sucias estaba pensando contigo."—El mayor suspiró.

—"No soy un enfermo."—Recalcó el pelinegro.

—"¡Anne! ¡Cariño! ¡Baja!"—Llamó el señor Michaelis a su esposa.

—"¡Ya voy, Charles!"—Gritó ella también, para dejar a los dos hermanos solos otra vez.

—"¿Eres un enfermo?"—El mayor chasqueó la lengua ante la pregunta de su hermana.

—"No lo soy."—La miró.

—"Claro que no."—Ella le sonrió.—"Tú eres el mejor hermano del mundo, eres genial."—Las mejillas de la niña se pusieron más rosadas de lo que estaban.

—"Y tú eres la mejor hermana que se puede tener."—Él sonrió.

—"Y no te preocupes por esa puta de Nébula, ya era hora que la dejaras."—El mayor se sorprendió ante el tono de voz grueso y grave de la menor, transmitía superioridad.—"Mi hermanito es solo mío, ¿No?"—Su voz volvió a cambiar a la chillona, adorable y suave de siempre.

—"Sí...Solo tuyo, hasta el fin de los siglos..."

"𝓣𝓱𝓮 𝓼𝓮𝓬𝓻𝓮𝓽 𝓸𝓯 𝓸𝓾𝓻 𝓮𝔂𝓮𝓼" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora