—"Bah, Samael, se generoso, dame un poco."—Dijo un amigo del nombrado.
—"Tch, no. Yo la compré, yo me la meto."—Dijo sacudiendo la bolsita transparente, que dentro de ella había un polvo blanco.
—"Uh, que maldito."—Resongó el contrario, apoyando su cabeza sobre la mesa, viendo como el joven de mayor altura separaba en líneas perfectas el polvo blanco, con una cuchilla.—"Sí tu hermana te ve, ¿Seguirás siendo su héroe?"—Samael chasqueó su lengua, mientras él otro reía.
—"Cállate."—El de cabellos azabache se acercó al polvo, inhalándolo por la nariz de una sola estocada.
—"Uh, ¿Cómo se siente?"—Él amigo se levantó de la mesa, viéndolo.—"No es la primera vez que lo pruebas, ¿No?"—No hubo respuesta.—"¡Tch! Ya está."—Se rió.
Él de ojos carmesí tenía las pupilas dilatadas, sudaba frío y miraba las velas como si fueran Satanás.
Todo le confundía, todo era muy brillante o muy oscuro, y veía colores que no deberían estar ahí.
Cerraba los ojos y agitaba la cabeza, hasta que decidió acostarse, empezando a reír.
Se sentía bien, se sentía como tener sexo para él, incluso mejor.Su amigo no dejaba de mirarlo, se veía como que estaba sufriendo pero a la vez disfrutándolo como loco, como una mujer cuando tiene su primera vez.
Se reincorporó cuando un suave golpe sonó en la puerta.
—"Mierda, que no sea _________."—Él amigo abrió la puerta despacio, dejando ver a la pequeña.—"¿Puedo hablar con mi hermano?"—Pronunció con su dulce y tierna voz.
—"Eh..E-Eh...Samael está...Ocupado, en un ratito te habla, ¿Sí?"—Ella asintió y cerró la puerta.—"Uf, tienes suerte, tú hermananita es bastante sumisa."—Él amigo le dedicó una sonrisa ladina a el joven que estaba en el suelo.
—"Alejate de mi hermana."—Se sorprendió cuando rápidamente el de cabellos azabache estaba reincorporado.
—"Él que debería alejarse de ella eres tú."—Rió.
—"Ahora vete de mí casa y déjame con mí hermana en paz."—El contrario asintió y se fué.
A penas se fué, él joven agitó la cabeza, reincorporándose.
Salió de la habitación, buscando a su hermana.—"Ah, ahí estás."—Ella le sonrió.
—"¿Me buscabas?"—Él mayor se agachó a su altura.
—"En realidad...Amon te busca."—Ella señaló a la puerta, viendo al de lentes.
—"¡__________! ¡A jugar!"—Gritó Chris, mientras ella corría hacia él.
—"Samael."—Dijo el de ojos ámbar mientras se acercaba a su contrario.
—"Amon."—Dijo el más alto, mirándolo con desprecio.
—"¿Te estuviste drogando otra vez? Heh, eres totalmente un peligro, como amaré el día en el que la pequeña _________ se aleje de tí."—El de ojos carmesí frunció el ceño.
—"Tú, tan correcto dices ser, ¿Pero porqué hablas tanto de mí hermana, porqué te interesa tanto? ¿Acaso la amas o qué? Déjala en paz, deja de nombrarla."—El de lentes cerró los ojos, mientras su entrecejo se fruncía.
—"Yo no soy perverso."—Amon sonrió.—"Me enteré que dejaste a Nébula."—Samael chasqueó la lengua.—"No te preocupes, no fue tú culpa, ella no estaba embarazada y se acostaba con muchos chicos mientras estaba contigo, era una verdadera perra."—Su contrario se sorprendió.—"Te digo todo esto porque quiero que abras los ojos y seas un buen hermano para _________, dale el ejemplo."—Sin más, él de lentes se dió la vuelta y se fue, dejando a Chris jugando con _________.
«Tsk, maldito, ¿Quién se cree qué es?» Pensó enojado el de cabellos azabache, mirando la espalda de Amon alejarse. «A mi nadie me va a decir como educar a mí hermana.» Giró a ver a la menor, la cual estaba sentada en frente de un tronco que estaba usando de mesa, con un montón de harina sobre él.
—"¡Mira, Chris, Mira!"—Dijo ella, sonriente.
En cuanto el castaño giró a verla, ella enterró la nariz en la harina y se separó, mientras hacía un sonido de inhalar fuerte.—"Eh...¿Qué es eso?"—Preguntó confundido Chris.
—"No lo sé, lo hace mí hermano."—Ella alzó los hombros, en forma de desciencia.
«Mierda... Sí, debería ser una mejor influencia para _________.» Pensó él mayor, mientras veía a los niños jugar.—"¿Y tú hermano? ¿Qué hace?"—Samael paró oído.—"Bueno... Él lee mucho, es muy bueno conmigo y siempre me habla de tí.
También es muy aburrido, mis padres aún esperan a su novia, la cual nunca llegará porque nunca va a tener.
Él siempre dice que sean pacientes con el tema de la novia, que llegará, que tardará.
Tú hermano es súper popular con las chicas, hasta con los chicos."—La joven soltó una risita nerviosa.—"Sé que no tiene nada que ver...Pero...¿Cómo es tu tipo de chico ideal?"—Él joven se sonrojó hasta las orejas, apartando la mirada.—"¿Eh? Mmhp...Nunca me lo he planteado.
Pero yo creo que sería algo así como...Valiente, sexy, caballeroso, noble, pero que cuando esté conmigo deje salir a su yo real, que se desahogue de sus penas conmigo, que me tenga confianza y sea coqueto, altanero y atrevido, dispuesto a todo para conquistarme."—Ella sonrió, sonrojada.—"Oh...Ya veo."—Chris le sonrió.—"Lo tomaré en cuenta."—Susurró para sí, para que ella no pudiera oírlo.
—"¿Y cómo es tú chica ideal?"—Ella le sonrió.
—"Siempre me lo planteo y siempre llego a la misma conclusión.
Mi chica ideal es _________ Michaelis, mi futura esposa."—La pelinegra se sonrojó hasta las manos y apartó la cabeza.—"Te amo."—La tomó de las manos, acercando sus labios a los de ella.—"¡Ey! ¡Separados! ¡Ushele! ¡Ushele!"—Samael apartó a Chris de su hermana.—"Son muy pequeños para pensar en besuquearse."—Él mayor los miró de soslayo.
—"No quiero ser grosero con mi futuro cuñado, pero ¿Te puedes ir un poco a cagar? Déjanos en paz."—El menor se molestó.
—"¡Qué grosero! ¡¿Así hablas con solo ocho años?! Mmhp."—El pelinegro frunció el ceño.
—"Ya está. Mí hermano tiene razón, estás siendo grosero y altanero."—La menor se levantó.
—"¿Ah, sí? Tú dijiste que te gustan los chicos atrevidos y altaneros."—Chris se cruzó de brazos.
—"Sí, pero contigo no es así."—El de cabellos castaños tuvo un pinchazo en el corazón.