29

3.8K 419 90
                                    





Este capítulo es importantísimo de cara a Alfa, te quiero. Por favor, ahora más que nunca necesito vuestro apoyo y amor incondicional, mis amores.

No creo poder hacerlo sin vosotros.




















































Sometimes, the little things take up the most room in your heart

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sometimes, the little things take up the most room in your heart.




Liam, un nombre cuyo significado portaba la grandeza entre otras muchas calificaciones, le venía como anillo al dedo a un pequeño alfa que estaba demostrando entereza, protección y firmeza con tan solo tres años de edad.

Un pequeño varón alfa que había sido bendecido con un nombre asociado a un fuerte carácter y, entre sus más grandes virtudes, una persona de fiar.

Protección firme.

Y, ciertamente, todo pronóstico asociado a su nombre se estaba cumpliendo.

Joan podría haberse percatado de ello si no estuviera al borde de una crisis nerviosa debido a la tormenta.

Tormenta que parecía haber estado acechándolo para hacer acto de presencia en el momento menos oportuno.

La luz se fue hacía una media hora atrás y no parecía querer regresar por un largo tiempo.

Sus padres le avisaron que habían quedado atrapados en el centro comercial y que por más que intentaban regresar junto a él, les era imposible.

Joan le tenía pánico a las tormentas y ello iba un paso más allá si, casualmente, coincidía con el cuidado de un cachorro de tres años que dependía totalmente de él.

Aunque, llegados a ese punto, sería muy complicado decidir si esa era una verdad completamente certera o, por el contrario, una verdad a medias.

Porque, en ese preciso instante, alfa y omega se encontraban acurrucados en el calor del nido del mayor.

Joan temblaba y gimoteaba de forma desesperada, clamando por la ayuda de su alfa mientras acurrucaba al pequeño alfa en su calor.

Liam, por su parte, se dejó dócilmente como si comprendiera que estaba cumpliendo la función de una especie de peluche al que abrazar mientras se observa una película de terror.

Alfa, quiero cachorros ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora