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Hacer una locura de vez en cuando es una necesidad básica para mantener la cordura

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Hacer una locura de vez en cuando es una necesidad básica para mantener la cordura.





El omega se había disculpado por decimosexta vez en los tres minutos que habían trascurrido tras el beso accidentalmente dado en el lugar incorrecto.

-No pasa nada, Alexis- comentó la alfa también por decimosexta vez- Estas cosas suceden, no es nada del otro mundo.

El omega negó, apenado.

Agradecía el hecho de que la habitación todavía se mantuviera en completa oscuridad porque así la alfa no podía ver su cara ardiendo.

Al menos así la sentía.
Un fuego abrasador sobre sus mejillas debido al bochornoso momento para él.

-Realmente quería besar tu mejilla, no pienses que quería aprovecharme de tí o algo así porque no era esa mi intención, Vega- imploró Alexis con la voz entrecortada.

Vega habría echado a reír en otra ocasión donde el omega no lo pudiera malinterpretar, pensando que se reía de él.

Notaba que lo estaba pasando demasiado mal ya de por sí como para añadir leña al fuego.

-Patito...- comentó la alfa con suavidad- Deja de decir patochadas, por favor.

El omega asintió, emitiendo un pequeño suspirito de resignación.

¿Debería catalogar ese beso como mi primer beso?
Pensó el omega.

Nunca antes había besado a alguien que no fuera en la mejilla pero, técnicamente, no había sido un beso de película.

Yeray a sus diez años le dijo que si algún día quería besar a alguien debía hacerlo como veía en las películas.

-Yo haré lo mismo- le había declarado Yeray con orgullo- Así no te pondrás nervioso porque no sabemos cómo hacerlo.

Entonces, ¿había sido un beso o no había sido un beso?

-¿Patito?- inquirió la alfa con suavidad- ¿Puedes olvidar ya el tema, por favor?

Le preguntaré después a Yeray.
Se prometió a sí mismo, continuando con su pequeño debate mental.

Vega, pensando que Alexis todavía se culpaba a sí mismo por el pequeño accidente, depositó sus manos en las mejillas del omega.

A diferencia de los omegas, los alfas se dejaban llevar especialmente por la visión y la audición siendo, por tanto, los sentidos más desarrollados para ellos.

Alfa, quiero cachorros ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora