Miércoles 07 de Marzo 2018.

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Mill se encontraba en su apartamento tratando de trabajar o buscando la forma de mantener su mente ocupada. No quería pensar en todo lo que había sucedido el fin de semana, pero no se podía engañar, estar junto a ellos después de todo no fue fácil, llego a sentir que perdía el control de su ser, de su cuerpo. No cruzaron palabras con Alik durante ese tiempo, fue extraño, esperaba que algo así no haya llamado la atención sobre ellos innecesariamente.

Un mensaje de texto interrumpió sus pensamientos. Al ver de quién se trataba supo que no sería nada bueno. Alik se encontraba en la portería del edificio, necesitaba subir y hablar con ella, solo una idea pasó por su cabeza en ese instante, Victoria lo sabía todo, no había de otra... Accedió a su visita, el corazón latía a mil por minuto, sentía que su cuerpo no respondía y en cualquier momento caería, qué le iba a decir a Victoria, qué explicación iba a dar si ni ella misma sabía lo que había sucedido, ni por qué.

- ¿Qué haces acá?

- Tenía ganas de verte.

- ¿Eh?

- ¿Por qué te sorprendes?

- Porque no entiendo nada de lo que está sucediendo. Pensé que estabas acá porque Victoria lo sabía todo...

- ¿Tú le contaste algo?

- No, claro que no.

- ¿Entonces cómo podría saberlo? Si tu no le dijiste nada y yo no le dije nada, no tiene por qué saber.

- ¿Qué quiere decir todo esto?

- No la pasamos nada mal aquel día, podríamos repetirlo.

- No puedes estar hablando en serio.

- Tan en serio como que estoy aquí y estamos perdiendo el tiempo cuando podríamos estar disfrutando...

La actitud de Alik la dejó sin argumentos, Mill sabía que desearlo estaba mal, que acceder a sus pretensiones estaba aún peor, pero hacerlo se sentía tan bien, la culpa no existía en ese momento, solo el placer que él le proporcionaba y que disfrutaba más que la primera vez.

A unos pocos metros del edificio, esperando en su auto se encontraba Victoria, que había tomado la decisión de mentirle y al ver que él no tardó nada en salir decidió seguirle, una corazonada le decía que debía hacerlo, cuando las calles se le hicieron familiares sabía perfectamente para donde se dirigía. Sus sospechas eran ciertas. Observo como Alik tardo unos minutos en subir, pero el tiempo que ya llevaba dentro del apartamento de su gran amiga era sospechosamente obvio, sea lo que sea que estuvieran haciendo, le estaban dedicando tiempo...

Arriba Alik seguía entretenido con el cuerpo de Mill, ella había intentado preguntar qué pasaría con ellos a partir de ese instante, pero él siempre sabia como desviar la atención para no tener la necesidad de responder. Esa era una de sus más grandes habilidades, a nadie le prometía nada, por eso nadie podía reclamarle, sin promesas, pero con placer. Mill no era tonta, no lo dejaría salir de ahí hasta que le diera una respuesta.

- ¿Y bien?

- ¿Y bien qué?

- ¿Qué va a pasar después de esto Alik?

- ¿Qué va a pasar de qué o con qué?

- Con nosotros, entre tú y Vic.

- Entre Victoria y yo las cosas seguirán igual... Y entre tú y yo pues... Dependerá de ti.

- ¿De mí?

- Sí, de ti. Esto es todo lo que te puedo ofrecer, tú decides si quieres seguir disfrutando o prefieres que acá lo dejemos. Y entre tú y yo no volverá a pasar nada.

- ¿Es todo lo que tienes para ofrecer?

- A ti, sí.

- Ya veo. ¿Y Victoria?

- Ya te dije, las cosas no van a cambiar con ella, no tienen por qué.

- ¿Cómo puedes estar con ella y haciendo esto?

- Sabes, me gustas más cuando no me haces este tipo de preguntas, me gustas más cuando estás arriba de mí, pero como veo que no es lo que quieres, no tengo nada más que hacer aquí.

Sin más palabras cruzó la puerta sin darle la oportunidad a Mill de refutarle algo. No era la primera vez que alguna de sus amantes se mostraba reacia en un principio, a decir verdad, todas reaccionaban de la misma forma, pero al final el resultado era el mismo y por igual, accedían a todo lo que Alik le pedía a cambio de nada. Algunas en el camino se desesperaban incluso se alejaban, pero al final volvían y eso él lo tenía muy claro. Solo era cuestión de días para que Mill fuera quien lo buscara sin pedirle nada a cambio, aunque se tratara de la mejor amiga de Victoria, había algo de morbo en ello, por eso lo hacía.

Victoria se percató de la salida de Alik del edificio, mientras llegaba al auto se estaba arreglando la camisa, no se dio cuenta que era observado a la distancia, estuvo tentada de aparecer e repente para ver su cara y la clase de excusa que le podía dar, o de hacerlo con Mill, subir y sorprenderla, pero la serenidad que conservo en ese instante era digna de asombro, lo que nadie sabía y mucho menos ella era hasta cuando lograría conservar la cordura, pero lo intentaría.

Alik se marchó, en el camino tuvo la osadía de llamar a Victoria, ella al ver su nombre en el identificador dudó en responder, pero fue mayor la tentación y decidió contestar.

- ¿Amor?

- ¿Hola amor, dónde estás? (Preguntó él)

- Estoy buscando unas cosas para el apartamento.

- ¿Estás muy ocupada?

- No tanto, no encuentro lo que estoy buscando. ¿Tú dónde estás?

- Estoy saliendo del gimnasio, voy rumbo a casa.

- Ah bueno. ¿Te rindió? (Preguntó con ironía.)

- Un poco...

- Amor, creo que encontré algo, si quieres te marco más tarde.

- Está bien, si necesitas ayuda me avisas.

- Vale, yo te escribo cualquier cosa.

Sentía que si seguía en esa conversación iba a empezar a decir verdades a diestra y siniestra, colgar era más que una necesidad. La mentira estaba al descubierto, el cinismo estaba en su ADN, pensaba verle la cara de tonta, pero ella no estaba dispuesta a permitirlo, algo así lo iba a lamentar toda su vida.

BelladonnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora