Miércoles 28 de Febrero 2018.

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Un poco de sensatez había invadido la conciencia de Mill, como si hubiera permanecido drogada por algunas horas sin darse cuenta de todo lo sucedido, entró en pánico al reconocer que había cometido un error faltando a la confianza que había entre Vic y ella desde hace años. En ese momento no supo que hacer o que decir, se sintió presa del pánico. Miró el teléfono como buscando una explicación a algo, pero no encontró nada, ni una llamada. Se preguntó cómo se sentía Alik en ese momento... Se preguntó también si quizá él confeso algo, era un manojo de dudas, miedo, tristeza, no se explica cómo su corazón no explotaba con la velocidad que bombeaba la sangre. Presa del pánico no se sentía en la capacidad de ingerir bocado alguno, al abrir la nevera no había nada en ella que llamara su atención. Fue precisamente en ese instante cuando sufrió el susto de su vida, el móvil sonó, al ver el identificador se percató que se trataba de Victoria, mil pensamientos pasaron por su cabeza en ese instante, no estuvo segura de querer contestar. ¿Y si lo sabía todo? ¿Y si Alik se lo confesó? Iba a perder a una amiga, una hermana que por años siempre había estado ahí para ella. Pero qué más podía hacer, ignorarla no era una opción. Necesitaba de alguna manera enfrentar lo que sea que pudiera pasar.

- ¿Aló? (Contestó insegura.)

- ¿Mill, te desperté?

- Hola Vic, no gorda, para nada.

- Que bueno. ¿Cómo estás? ¿Cómo sigues?

- Bien, amiga bien, con algo de dolor de cabeza.

- Normal Mill, con todo lo que bebimos ayer.

- Sí, es verdad. ¿Y tú cómo estás? ¿Cómo te termino de ir anoche, llegaste tarde a casa?

- Pues bebé un atasco horrible, tú sabes que el clima no ayuda en esos casos, me demoré demasiado. Llegué con un mal genio.

- ¿Y qué te dijo Alik, estaba preocupado? (Preguntó con curiosidad.)

- No gorda, cuando llegué él aún no estaba en casa, también se metió en un trancón después de dejarte creo.

- ¿Ah sí? (No sabia cómo hacer preguntas sin generar sospechas.)

- Sí gorda, pues llegó todo raro...

- ¿Cómo qué raro Vic?

- Pues todo mal encarado, seguramente discutió con algún conductor, refunfuñaba y todo, no sé, decidí no preguntarle porque yo también andaba de mal genio.

- Ay amiga, es que salir en esta ciudad ya es una prueba de fe. Pero bueno.

- ¿Mill qué planes tienes para hoy?

- Me quiero quedar en casa, organizar mis regalos, no quiero hacer mayor cosa, ayer comí y tomé lo que me correspondía en todo un año.

- Ah bueno gorda, si necesitas algo me avisas. ¿Te parece?

- Dale gordis, no te preocupes, te quiero.

- ¡Y yo a ti!

No sabía exactamente como se sentía, había un poco de miseria pero también algo de calma... Alik no había confesado nada. ¿Qué podía significar eso? Necesitaba hablar con él, saber qué pensaba, pero por más que le escribiera él solo ignoraba sus mensajes y ella no podía exponerse más de lo necesario.

No dejaba de pensar en lo qué significaba todo esto, le había fallado a su mejor amiga con su prometido, pero al parecer ninguno de los dos revelaría el secreto que les unía. ¿Qué hacer después de eso? ¿Cómo actuar? Era un manojo de nervios, de dudas y sin ninguna respuesta a la vista, así que lo único que podía hacer era esperar. Al cabo de unas horas el vigilante anuncio a un hombre, cuando Mill escucho de quién se trataba se le bajo la temperatura del cuerpo, las manos transpiraban, él estaba ahí, por fin tendría las respuestas que tanto había estado buscando.

- ¿Qué haces aquí?

- No. ¿Tú qué haces escribiéndome?

- Alik necesitamos hablar de lo que pasó.

- No necesitamos hablar nada. Es decir, simplemente pasó y ya... ¿Dónde está el problema?

- ¿Cómo qué dónde? ¿Tu eres el prometido de mi mejor amiga, te parece poco?

- Por eso mismo Millie, a ti no te conviene decir nada y a mí tampoco. ¡Así de simple!

- Yo no lo veo tan simple como tú.

- ¿Por qué no? Somos dos personas adultas, que en un momento sin planearlo se acostaron, pudo pasar contigo, como con cualquier otra persona.

- ¿Hablas en serio Alik?

- ¿Pero que es lo que esperas que te diga? Que por un momento de placer voy a dejar a Victoria... ¿Qué después de lo de anoche voy a cancelar todos nuestros planes? Claro que no, eso es algo que nunca haré.

- No te iba a pedir algo así, solamente quería saber por qué no le habías dicho nada, pensé que eras completamente transparente con ella.

- Y lo soy, lo soy. Pero no voy arriesgarme a perderle por algo que no tiene importancia.

- ¿Qué no tiene importancia?

- No Mill, no la tiene. Entiéndelo, este tipo de cosas pasa, es normal.

- No puedo creer lo que estoy escuchando, eres un cínico.

- En eso te equivocas, soy práctico.

- ...

- Te lo voy a dejar más claro Mill. Cómo crees qué se ven las cosas contadas de la siguiente manera: "Amor, debo confesarte algo que me tiene con el corazón destruido, anoche, mientras tú estabas agobiada por el trancón que no te permitía llegar a casa, Mill, tu mejor amiga mientras secaba mi ropa me seducía, a tal punto que terminamos teniendo sexo, todo sucedió sin que me diera cuenta, al final yo salí de su casa desconcertado, no supe que hacer, por eso me viste tan contrariado cuando llegué, pero ella en lugar de contarte decidió guardas silencio y me estuvo buscando... Cuando hablaste con ella tuvo la oportunidad de confesar todo y no lo hizo." ¿Eso es lo que esperas que haga?

- Según tú yo soy la culpable, soy la mujer malvada que sedujo a un hombre que estaba solo en mi apartamento... Te falto agregar que te obligue en todo momento.

- ¿Entonces según tú qué es lo que debería decir?

- Alik no sé. No lo sé. Sencillamente no quiero sentirme miserable, me siento sucia en este momento, como el peor ser humano.

- Lo mejor que podemos hacer es guardar silencio, tan solo eso. Tú no quieres perder a tu amiga, yo no pienso perder a mi novia.

- ¿Seremos capaz de seguir como si nada?

- Ese si es problema tuyo, porque yo puedo y lo haré.

- No sé qué decir.

- No puedo seguir perdiendo el tiempo contigo, haz lo que se te dé la gana, pero escúchame muy bien, a mí no me vas a dañar la vida.

- Esa no es mi intención.

- Entonces supéralo ya, de una vez por todas. Y por favor, no me escribas, no me busques, yo acá nunca he estado.

- Como quieras.

BelladonnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora