Martes 27 de Febrero 2018.

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Cada año era más tedioso para Millie cumplir años, ese día no quería que nadie la llamara, ni que le recordara que ya tenía 29 años y aún no se había casado... Estaba a un año exactamente de incumplir la promesa que se hizo de pequeña, no iba a llegar a los 30 sin casarse como la tía Carolain, que seguía soltera y entera, aunque Millie no tenía nada entero...

Vic como todos los años, le tenía preparada una fiesta sorpresa, que ya no tenía nada de sorpresa, pero no se sentía en la disposición de estar en algo así, quería algo tranquilo, intimo, no tener que hablar de los planes a futuro con un ser inexistente. Por su parte Vic estuvo de acuerdo. Por primera vez en muchos años las cosas serían diferentes, en todos los sentidos...

Stevie siempre ha sido y será el amor imposible de Millie, se conocen desde pequeños, ella siempre enamorada, él siempre indiferente, durante su pubertad y adolescencia se desvivió para que él la notara, se diera cuenta que existía pero no importaba que tanto se esforzara, le daba exactamente lo mismo si respiraba o no, solo la veía como una amiga. El primer beso entre ellos fue a causa de un juego de adolescentes, pero fue eso, un simple juego al menos Stevie lo tenía claro pero Millie no.

A pesar de todos esos años queriéndolo en silencio y guardando la esperanza de tener algo más había sabido manejar la situación, si él la veía como una amiga pues en eso exactamente se convertiría. Con el tiempo se convirtieron en confidentes, esos amigos que se cuentan todo, que lo saben todo.

Victoria había movido cielo y tierra para poder conseguirle un vuelo que le permitiera a Stevie llegar a tiempo para la pequeña reunión que tendrían de cumpleaños, pero era como si el universo no deseara que se reunieran para la ocasión. Las aerolíneas estaban saturadas, el clima no ayudaba, pues desde el día anterior muchos aviones no habían podido despegar por el mal tiempo... Ni con la ayuda de Alik lograron hacer algo al respecto, estaban preocupados, Millie estaría muy triste al ver que Stevie no llegaría.

Había reservado en Baka, un pequeño lugar de la ciudad que tenía un significado especial para las dos, mientras Vic terminaba de preparar todo allí, Alik fue por Millie hasta su casa, ella esperaba que fuera Stevie quien llegara a buscarla, al no verlo se sintió peor que cuando le recordaban los 365 días que faltaban para los 30.

- ¿Y esa cara Mill?

- Pensé que sería alguien más...

- Lo siento, hemos hecho todo lo posible para que llegara, pero...

- No te preocupes, puedo imaginar todo lo que han estado haciendo, todo estará bien.

- Así es como debes pensar, no queremos que estés triste, así que por favor solo disfruta.

- Vamos, no quiero hacer esperar demasiado a Vic.

El silencio en el auto era realmente incomodo, Millie solo miraba por la ventana cual triste final de película, el vidrio empezó a llenarse de gotas, estaba triste y hasta el clima lo sabía.

- ¿Puedo hacer algo para que te sientas mejor?

- Gracias por preocuparte, pero la verdad nadie puede hacer nada, estaré bien, lo prometo. Vic no se dará cuenta.

- Esta bien, pero si llegas a necesitar algo, no dudes en decírmelo.

- Lo haré.

En la puerta Victoria esperando por ellos con un pañuelo en su mano, más emocionada que la misma cumpleañera. Al verla Millie trato de cambiar el gesto que tenía en su rostro, Vic la abrazó con un amor de hermana que solo ellas comprendían, le dio media vuelta sin darle oportunidad a refutar cualquier idea que Vic tuviera, le tapó los ojos y la guió hasta el lugar... Se sintió sola por un instante cuando Vic la soltó para terminar de acomodar todo, sintió una presencia atrás de ella, por un instante pensó en Stevie pero sabía que no era posible, era un hombre, solo eso tenía claro, Alik estaba ahí, listo para quitarle el pañuelo, en cuanto pudo Millie miró a su alrededor y allí estaban las personas que siempre serian incondicionales en su vida, la familia que ella había elegido, sintió felicidad a pesar de todo, pues sola realmente no estaba, la querían, a pesar de sus locuras, de su carácter, de sus ideas esas personas ahí presentes la querían y harían lo que fuera por verla feliz, valió la pena, siempre valía la pena.

¡¡¡Sorpresa!!!

- ¡Justo lo que quería, los amo!

- Júrame que estás bien. (Pregunto Vic)

- ¡Gracias a ustedes y a todo esto, lo estoy! Todo está hermoso, me encanta.

- Lo sé, lo hicimos con todo el amor del mundo, queremos verte bien.

- ¡¡¡Lo consiguieron!!!

Licor y comida era algo que nunca podían faltar, estuvieran o no de celebración. Sam, Martina, Alik, Sofi, Mark, Paula y Vic habían preparado todo, cada detalle en su lugar. Todo fue sencillo, privado, como lo había pedido. La noche transcurrió tranquila, entre risas y recuerdos, una que otra anécdota penosa sobre Millie, pero todos disfrutaron cada cosa que sucedió, cada cosa que se dijeron, cada copa que se bebieron. 

BelladonnaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora