Suena bastante normal ser estudiante y ser pésima en matemáticas ¿Verdad? Pero que hacer cuando tú profesora es joven y hermosa, provocando que con una sonrisa te mueva el mundo, Jennie Kim esta en graves problemas al enamorarse de su profesora Kim...
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Jisoo beso los labios de Jennie con ternura mientras acariciaba su cintura.
Las dos con una sonrisa se separaron de aquel tan hermoso beso.
-Eres tan hermosa.- Sonrió la mayor y procedió a cargar a Jennie en sus fuertes brazos como si fuera un bebé para caminar lentamente hacia la cama.
-No sé que sería de mi vida sin ti Kim Jisoo...- La menor sonrió mientras la pelinegra la dejaba suavemente en la cama y se colocaba sobre ella.
-Te amo...- Dijo la mayor y la beso apacionadamente.
La pelinegra mordió el labio inferior de Jennie dándole espació a su lengua a entrar en la boca de su novia, ambas lenguas comenzaron a danzar.
-Hazme el amor...- Dijo Jennie con un poco de desesperación separándose del beso.- Estoy tan húmeda gracias a ti...- Tomo la mano de su pareja y la llevo a su intimidad haciéndole sentir aquella humedad.
-Oh Jennie...- Jisoo beso los labios de su menor y procedió a desvertirla lentamente.
No había necesidad de ir rápido con esto, tenían toda la noche para ellas solas, todo su espacio para demostrarse su amor.
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Jennie totalmente desnuda se encontraba atada a los barrotes de la cama mientras tenía sus ojos vendados, en su cuello podía notarse los chupetones color rojos y morados que le había echo la mayor, mientras en sus pechos y abdomen habían rastros de saliva por los besos en su cuerpo, de su frente habían algunas gotas de sudor.
-Me excitas demasiado Jennie...- Hablo lentamente Jisoo en el oído de Jennie.
-Hazme tuya ya no aguanto m-mas...- Sonrió la castaña al sentir en su intimidad la punta del stap on que Jisoo estaba usando.
La pelinegra con una sonrisa, lentamente introducido la punta del juguete en la intimidad de su novia para luego meterlo todo de una sola estocada provocando que la menor largarse un gemido ahogado y tirará sus manos de las esposas con la que sus manos estaban amarradas a los barrotes de la cama.
-J-Jis-soo...- Gimió al sentir como está comenzaba a moverse dentro.
La pelinegra beso los labios de la castaña mientras comenzaba a moverse de manera rápida y muy fuerte provocando que su querida novia gimiera en su boca y peleará por querer deshacerse de las esposas y arañar su espalda.
Las piernas de Jisoo temblaron cuando sintió que llegó a su orgasmo final a la vez que aquel juguete de manchaba de los fluidos de Jennie quien se había corrido al no aguantar más placer.
Jisoo le quitó las esposas a Jennie pero no la venda.
-Aun no terminamos mi amor...- Lamio su mejilla.
-Hazme todo lo que quieras...- Sonrió Jennie con su respiración agitada.
-Quiero ponerte en cuatro pero lastimosamente no me queda lubricante por lo que no quiero hacerte daño.- Beso los labios de su menor.
-No lo necesitamos.- Sonrió Jennie y se quito la venda de sus ojos, acostó a su pareja en la cama y bajo su boca hasta el juguete y se lo metió todo en la boca comenzando a mojarlo con su saliva.
La pelinegra mordía su labio inferior para acariciar el cabello castaño de su novia, le excitaba demasiado verla haciendo aquello.
Cuando el juguete estuvo lo suficientemente mojado Jennie se colocó en cuatro patadas y Jisoo se arrodilló detrás de ella, comenzó rozando el juguete en su parte de atrás para luego meterlo lentamente para no causar en Jennie dolor.
-A..ah... M-me encanta...- Gimió Jennie intentando mantener la fuerza en sus brazos.
Un fuerte golpe de escuchó, la mayor le había dado una fuerte nalgada que había dejado enrojecida la nalga izquierda de la menor quien gimio y provocó que se excitara más.
Jisoo agarro el cabello castaño de Jennie y comenzó a moverse fuertemente provocando que está sintiera dolor y placer a la vez.
Sus pieles sudorosas chocaban con cada embestida que daba la mayor Jennie sentía que poco a poco a perdía la fuerza de sus brazos y su segundo orgasmo se aproximaba, la mayor soltó su cabello y agarro su cadera comenzando a ir el doble de rápido.
El segundo orgasmo se hizo presente en ambas chicas quienes largaron un fuerte gemido, Jennie cayó en la cama totalmente exhausta y respirando rápidamente mientras la mayor rápidamente se quito el strap on y se acostó al lado de su pareja colocándola sobre ella.
-Gracias por esta noche...- sonrió Jennie respirando rápido.
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No había pasado mucho desde que terminaron de realizar el acto sexual, el sol del amanecer entraba por la ventana, las velas aromáticas hacia ya rato que se habían consumido por completo dejando toda la habitación con un agradable y acogedor aroma.
-Jennie realmente estoy perdidamente enamorada de ti.- La mayor acariciaba la mejilla de la castaña.
-Yo se por que me enamore de ti.- Le sonrio.- Solamente basto con verte reír y ver tu hermosa sonrisa que al día de hoy no me canso de apreciar.-
Las dos unieron sus labios en un beso tierno, pero aquello se acabo cuando escucharon que la puerta de entrada de la casa había sido abierta bruscamente seguido de risas, y palabras sin sentido.
Eso significaba una cosa, Lisa y Rosé habían llegado y peor borrachas.
-¿Cerraste con seguro?- Pregunto la castaña.
-Si, no van a entrar.- Reía Jisoo al sentir que Lisa comenzó a golpear la puerta.
-¿Le diste duro a Jennie?- Se escuchaba la voz borracha de la tailandesa.- Jennieeeeeeee ¿Puedezzz caminarrrr?- Preguntaba totalmente borracha.
-Ahora yo seré quién te de duro mi hermosa rubiaaa.- Hablo Rosé de igual manera borracha mientras se escuchaba que se llevaba a Lisa, se escuchó un fuerte portazo lo que indicaba que habían llegado a su cuarto.
-Simplemente amo vivir de este modo.- Sonrió Jennie abrazándose a la pelinegra.
-Yo amo vivir a tu lado...- las dos se taparon mejor con aquella sábana.
