CAPÍTULO 10

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"Fiesta"

Es el día de la fiesta, es decir, el día de mi cumpleaños. Me he pasado toda la mañana con mi familia celebrándolo y casi toda la tarde decorando el local que he alquilado para celebrar la fiesta, con ayuda de Alex, Emma y mi prima. Una vez que terminamos Emma y Alex se van a sus casas para cambiarse, mi prima y yo nos cambiamos en un pequeño cuarto que tiene el local, nos vestimos de blanco, mi prima se pone un mono de pantalón largo y de manga corta y unas zapatillas bajas también blancas, luego se maquilla con el maquillaje neón he comprado, se hace un peinado que recoge la mitad del pelo en un moño y en la parte del pelo que tiene suelto se hace algunas trenzas. Yo me pongo un vestido de manga larga, apretado hasta la parte de la cintura, la parte de la falta es de un vuelo muy ligero que llega hasta las rodillas, me pongo unos botines blancos y me maquillo al igual que mi prima; me dejo el pelo suelto y me hago odas de medios a puntas. A las ocho empieza a llegar la gente que he invitado, bueno y algunos que tampoco conozco, pero es una fiesta, no es nada nuevo. Todos viene vestidos de blanco o negro con maquillaje neón, las luces violetas están encendidas, la música puesta y la comida servida en mesas que hay pegadas a las paredes, el barman ya ha empezado a poner bebidas y para mi gusto está todo perfecto.

- Enana – me grita Alex con la mano en alto. - Al final has elegido los botines, buena elección – dice cuando nos encontramos.

- Pensé que así evitaría que alguna bebida acabara en mis pies, prefiero que esté en los zapatos – digo. – Estás guapísima Emma – le digo cuando le veo mejor. Lleva un top blanco con rayas negras y una falda a juego con unas botas que le llegan por encima de la rodilla de color blancas.

- Muchas gracias – me dice – toma – me da una bolsa sonriendo.

- Gracias – digo y le doy un abrazo.

- El mío ya sabes que hasta las doce menos cinco no te lo doy – dice Alex.

- ¿Por qué? – pregunta Emma.

- Porque siempre me ha dado el regalo el último y para que me dé tiempo a ver lo que es antes de media noche me lo da a menos cinco – digo y Emma mira a Alex como si no le sorprendiera. – Bueno voy a guardar esto – digo y voy al pequeño cuarto donde Steisy y yo nos hemos cambiado, dejo la bolsa junto a los demás regalos. Alguien pone las manos en mis ojos y por el olor ya sé quién es – sabía que vendrías D – digo y me giro.

- Felicidades – dice y me da un beso en la mejilla.

- Gracias – le digo – vamos a bailar – digo cogiéndole la mano.

Llegamos a la pista y empezamos a bailar, después de un rato voy a por algo de beber, cuando vuelvo al sitio donde estaba con D le veo hablando con el chico que siempre va vestido de rojo, solo que ahora va de blanco.

- Hola – digo con una sonrisa – soy Iria – digo presentándome con una sonrisa.

- Sí, se quién eres – dice – yo soy Bob, un amigo de David – se presenta ahora él.

- Por cierto, D, toma – digo y le doy su bebida.

- Gracias – dice tratando de sonreír, pero se d sobra cuando alguien sonríe falsamente, pero hago como si nada.

- Oye – hago una pausa.

- Bob – me dice D.

- Oye Bob, el otro día te vi vestido de rojo completamente, me pareció curioso – D y él se miran.

- Sí – pasa la mano izquierda por su nuca – me levanté tarde y cogí lo primero que vi – dice tratando de ser convincente, veo como D niega con la cabeza.

- Entiendo – digo haciéndole creer que ha sonado convincente.

- Bueno yo me voy – dice Bob, creo que era Bob.

- Tu amigo es un poco raro – le digo a D cuando se ha ido su amigo.

- Sí eso parece – dice - ¿bailamos? – propone cambiando de tema y acepto.

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Recibo un mensaje de Alex pidiéndome que vaya al parque que hay al lado del local, aviso a Steisy y me voy. Cuando llego le veo sentado en un banco, me siento a su lado y le miro sonriendo.

- Te quiero muchísimo enana – dice y me rompe los esquemas.

- Alex, ¿pasa algo? – le pregunto preocupada.

- No, solo que te quiero – dice y me da un sobre.

- Pensé que ya no te gustaban los sobres – digo y ríe. Lo abro y saco dos billetes de avión con destino a Argentina.

- ¿No dices nada? – dice riendo.

- Dios mío, eres el mejor amigo del mundo Alexander – digo y le abrazo.

- Bueno, siempre has querido ir y llevo ahorrando un par de años – dice y le abrazo más fuerte.

- Te quiero – le doy un beso en la mejilla derecho – te quiero – le beso la otra mejilla – y te quiero – le digo y le vuelvo a abrazar.

- Venga anda volvamos a la fiesta – dice y nos levantamos.

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Son las cuatro de la mañana y la gente ya se va a casa, cuando se ha ido todo el mundo, solo quedamos D y yo, que se ha ofrecido a llevarme a mí y a mi prima a casa, pero Steisy dudo que vaya a pasar la noche en casa. Después de apagar las luces y cerrar nos montamos en el coche de D. Cuando llegamos a mi casa antes de que pueda abrir la puerta D echa el seguro, le miro.

- No te sorprendes – dice.

- Llevo buscando esto desde el primer día que te vi con – hago una pausa – Bob.

- Sabía que no te habías creído nada – dice mirando al frente.

- Nunca nadie ha sido capaz de mentirme u ocultarme algo, tengo muy buenos sentidos y sé cuándo me mienten, también soy curiosa.

- Eres inteligente, muy observadora y paciente – dice y me mira a los ojos.

- Cuéntame que pasa D – digo seria.

- No puedo – dice.

- No sé qué está pasando, pero lo voy a averiguar con o sin tu ayuda, soy muy cabezota y me gusta saber lo que pasa a mi alrededor, no vas a poder detenerme.

- Solo puedo decirte que eres especial Iria y que yo no voy a tratar de detenerte – le miro una última vez, quita el seguro y me voy.

 "RI HOMINIE". Donde viven las historias. Descúbrelo ahora