CAPÍTULO 14

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“Comienza el <juego>”

Ya han pasado tres días desde la fiesta y he continuado con mi vida normal, pero no dejo de imaginarme que puede ser ese algo, de que trata el juego y quien es en verdad D, quizá ese no sea ni su verdadero nombre. Steisy me ha preguntado un par de veces si me pasa algo yo le he dicho que no, pero sé que no me cree, aunque no es muy pesada sus miradas me lo dicen todo, pero no quiero que nada le pase y si Alex lo sabe es porque está metido desde un primer momento.

Ahora estoy en la universidad, aunque es como si no lo estuviera, no estoy prestando atención y ya me han dado tres avisos entre ayer y hoy. Alex está extraño, casi no habla y cree que Emma está metida en todo esto, ya que fue ella la que nos invitó a la fiesta, y sí podría ser que ella no sepa nada, pero el logo de los sellos era el mismo que el de los sobres, detalle del que me di cuenta cuando llegué a casa la noche de la fiesta.

- Señorita Davis – me llama la profesora.

- ¿Sí? – digo saliendo de mi trance.

- Coja el teléfono y salga de mi clase, por lo menos hará algo más productivo con el teléfono.

- Lo siento – digo y me levanto. Salgo fuera y contesto.

LLAMADA TELEFÓNICA:

Iria: ¿Diga?

D: En una hora en el descampado que hay detrás de la universidad.

FIN DE LA LLAMADA.

Le mando un mensaje a Alex avisándole y decido ir a la cafetería y me compro un Smoothie de mango. Me siento en una de las mesas y enciendo el ordenador para continuar con un trabajo que tengo que presentar a finales de mes. Pasa el tiempo y cuando quedan quince minutos voy hacia el descampado y en el camino me encuentro con Alex.

- Hola – saludo.

- Hola – responde él.

Llegamos y esperamos a que D venga.

- ¿Te ha dicho algo? – pregunta mi amigo rompiendo el silencio incómodo, pero la incomodidad no desaparece.

- No, solo que estuviéramos aquí a la hora – digo y asiente. - ¿Has hablado con Emma? – niega sin decir palabra. - ¿Cuánto tiempo vamos a estar así? – digo directamente.

- ¿Así como?

- No te hagas el tonto Alexander, sabes a lo que me refiero. Parecemos más desconocidos que mejores amigos – digo mirándole a los ojos.

- Iria, no he podido asimilar todo lo de la fiesta y encima todavía no sé si Emma tiene algo que ver en esto.

- Te aseguro que tu novia o tiene nada que ver, y que la hayas conocido h sido una simple casualidad – dice D a espaldas de él. Alex le mira sin estar seguro de si lo que dice es verdad o no y me mira. - ¿Por qué la miras a ella?, he sido yo quién ha hablado.

- Ella sabe cuándo alguien miente la mayoría de las veces – responde mi amigo sin despegar la mirada de mí. Está suplicándome con ella que sea cierto y que Emma no tenga nada que ver en esto.

- No miente – le digo y se le ilumina la cara.

- Toma – dice D y me tiende un sobre.

- ¿Tú sabes lo que dice? – digo mientras lo abro.

- No, a mí me dan las ordenes sobre la marcha – asiento y leo en voz alta el contenido del sobre.

- Tu Juego comienza ahora. Si has hecho todo lo que se te dijo hace tres días ahora debes estar en el descampado que hay detrás de tu universidad con David y con Alexander Brown; si es así sigue leyendo. Id a la dirección que hay en el sobre, presentar los identificadores, que también se encuentran en el sobre, y haced lo que os indiquen. Iria Davis se te advierte que si haces algo fuera de lo permitido las consecuencias serán graves.

- Vamos en mi coche – dice D y le seguimos. Cojo la dirección y se la doy, después agarro los identificadores, me pongo el mío y le doy a Alex y D los suyos.

Media hora de camino llegamos a un centro de artes. Cuando llegamos nos guían a una sala de casting. A mí me sientan con otras cuatro personas encargadas de valorar las actuaciones y a D y Alex en un banco a mi derecha.

- Hoy realizaremos el casting final, hay cuatro aspirantes al papel principal – comienza a hablar la directora de casting. Cuando termina su discurso los aspirantes al papel principal entran.

Yo no entiendo que hago aquí pero presto mucha atención a los niños de entre doce y catorce años, tomo notas de sus mejores y peores características. Cuando terminamos tengo claro cuál de los cuatro actúa mejor. Los niños se van y la directora empieza a discutir con las otras tres personas cuál de todos es mejor, yo me agobio y me acerco a Alex.

- No sé qué discuten está claro que el tercero es el mejor, tanto la expresión de la cara como los gestos y el sentimiento que ponía muestra la pasión que le pone y lo más importante que se mete en el personaje y lo vive.

- El segundo también ha estado bien – me dice Alex.

- Pero no le pone entonación al diálogo.

- ¿Y el primero? – es D quien habla.

- Parecía un robot – respondo sin cortarme.

- ¿Y qué hay del último? – me giro y veo que quien ha preguntado ahora ha sido la directora del casting.

- El ultimo lo hace muy bien también y es muy buen actor, pero no transmite como el tercero, el tercero vive y hace que tú lo hagas con él.

Vuelven a ponerse a hablar y lo hacen durante un par de minutos hacen entrar a los aspirantes y dan la noticia de que el tercer aspirante, Willy, es el afortunado que obtiene el papel y yo sonrío orgullosa. Cuando se están empezando a ir todo yo decido hacer lo mismo.

- Iria – me para la directora – gracias por tu aportación, cuando nos dijeron que nos ayudarías a elegir al actor idóneo no estaba segura, pero está claro que tienes ojo para eso.

- Muchas gracias – digo y me despido de ella.

- Os llevo a la universidad otra vez- dice D cuando nos montamos en el coche.

- ¿Y ya está? ¿No hacemos nada más? ¿Por qué me habéis hecho meter a Alex en esto si no ha servido de nada?, no te ofendas amigo.

- Iria, dijiste que no harías más preguntas – dice D con desdén.

- No eso lo dijiste tú, y si hago preguntas es porque no entiendo esto, ¿qué pinto yo en un casting?

- Si no fuese por ti, seguramente habrían tardado más y no habrían elegido al actor idóneo.

- No tiene sentido nada de esto – decimos Alex y yo a la vez.

- Esto acaba de comenzar, quedan muchas rondas por jugar tener paciencia y no os desesperéis – dice D.

- Es fácil decirlo – digo.

 &quot;RI HOMINIE&quot;. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora