CAPÍTULO 24

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Labios

Nos tiramos una hora para convencer a mi abuela de ir a la fiesta no está segura porque dice que no conocemos la zona. Mi abuelo no se opone a que vayamos, es más nos presta el coche para así ayudarnos a convencer a mi abuela. Al final nos deja ir con la condición de cenar en casa y de estar en casa a las tres de la mañana como muy tarde, aceptamos sus condiciones. Nos hace unos bocadillos para cenar y tras comérnoslos Alex y yo vamos a su habitación mientras Steisy se ducha en el único baño que hay en toda la casa.

- Cada vez estoy más segura de que mi abuelo es El Rojo – digo en bajo nada más cerrar la puerta.

- Es cierto que su instancia y ánimo a que fuésemos a la fiesta es sospechoso, pero por otra parte puede que simplemente quiera que nos divirtamos.

- No, mi abuelo siempre dice que los jóvenes volvemos muy tarde a casa y que salimos demasiado.

- O a lo mejor sabe que no podemos hacer mucho en este pueblo y sabe que así nos vamos a divertir – dice defendiéndolo.

- Cuando te des cuenta de que tengo razón me deberás un día en un spa.

- Y si yo tengo razón me lo deberás tú a mí. – nos damos la mano para cerrar el trato. – Ahora ayúdame a ver que me pongo – me pide y miramos prenda a prenda toda la ropa que se ha traído. Después de veinte minutos tenemos su outfit listo. Una camiseta blanca de manga corta, unos vaqueros negros con zapatillas del mismo color y una camisa de cuadros rojos y negros.

- ¿Y yo qué me pongo? – le pregunto.

- Tú lo más rockero que tienes es una falda negra – me dice y asiento dándole la razón – vas a tener que ponerte algo de Steisy – suspiro al oír eso, mi prima y yo tenemos un estilo muy diferente.

Voy a la habitación de Steisy y llamo a la puerta. Ella abre la puerta y la observo, lleva un vestido negro con una chaqueta de cuero con el mismo color, unas medias carnes y unos botines con tachuelas negros también. Tiene una coleta despeinada hecha, los ojos con sombras negras y un pintalabios granate que resalta sus ojos azules.

- WOW – dice mi mejor amigo detrás de mí.

- ¿Todavía no estás vestida? – niego.

- No tengo nada – le digo.

- ¿Y la falda negra? – pregunta.

- En Florida.

- Pasa, vamos a transformarte – dice con una sonrisa.

Lo primero que hace es maquillarme. Me pone corrector, base, colorete e iluminador; después me pide que cierre los ojos y se tira cerca de diez minutos haciendo un delineado negro muy potente que veo al abrir los ojos, me da un lápiz negro y me pide que me pinte la línea del agua superior e inferior, hago lo que me dice. Me rizo las pestañas y me las pinto también, después ella me pone unas pestañas postizas parecidas a las que lleva ella.

- El pintalabios después de que te vistas me dice guiñándome un ojo. Me miro al espejo y no me reconozco y eso que solo me ha maquillado. – Ponte esto me – me da un body de tirantes negro con un escote muy pronunciado, o me puedo poner sujetador con eso es lo primero que pienso; lo conjunta con unos pantalones cortos negros y medias de rejilla. Me pongo unas botas negras con bastante tacón, tienen cordones que pasan por anillas plateadas. Me miro al espejo.

- No parezco yo – le digo y veo como sonríe. A través del espejo veo como empieza a deshacerme una de las dos tranzas de raíz que llevo, por lo que yo me deshago la otra. El pelo me queda muy rizado.

 "RI HOMINIE". Donde viven las historias. Descúbrelo ahora