Luego de haberme convertido en su alumna, empezamos a coordinar sobre los horarios de clase y conocernos un poco mejor.
- Dime, Emma.
- ¿Sí?
- ¿Qué días te gustaría tener tus clases? Podemos tenerlas dos veces por semana.
- Me gustaría que sean los miércoles y viernes. -respondí-
- Todos los días tengo clase hasta las dos de la tarde y luego estoy libre hasta las cuatro. ¿Podrías venir a esa hora?-preguntó sacando libros de una caja-
- Sí, mi horario de clases es hasta la una y media, así que llego aquí a las dos y luego regreso a las cinco.-respondí quitándome la mochila-
- Excelente, ¿hablarás con tus padres al respecto?
Me quedé callada y miré al suelo, sin saber cómo responder.
- Entiendo. No te sientas presionada en decirme tus razones, pero debemos pedir autorización al encargado del curso de extensión.
- Yo... no creo que sea correcto el evitar decirle mi situación.-interrumpí avergonzada-
Me miró fijamente y se acercó.
- Perdón por ser descuidado y no saber qué hacer... debí ser más exigente en preguntar tu situación.-dijo con preocupación-
- N-No se preocupe... lo pensé bien y creí que sería lo correcto.
- Puedes contarme lo que desees.-sonrió con calidez- Estoy para escucharte, ¿está bien?
Afirmé con la cabeza.
Era la primera vez que me sentía segura con alguien.
- No conozco a mis padres biológicos y los que me crían ahora se niegan rotundamente a que estudie música.
- ¿Entonces no saben que vienes aquí?
Negué con la vista al suelo.
- Tranquila, Emma.
Comprendo, entonces yo hablaré de tu situación a los encargados ¿de acuerdo?
Por ahora me alegra que me lo hayas dicho, no te presionaré a que me digas el resto.- Gracias, por comprenderlo.-respondí aliviada quitándome aquel peso de encima-
- Bien, empecemos con una canción que de seguro conoces.
Me sorprendió el no empezar ni con Hanon ni Piano complementario; libros que tanto detestaba y que todo el mundo me decía que era lo fundamental.
- Sé que esto te parece raro.-comentó al verme confundida- Pero mi método de enseñar a cada alumno con un método de enseñanza distinto. Si enseñas lo mismo a todos no funciona debido a que cada uno posee habilidades y maneras de aprender diferentes.
- Es una buena observación e iniciativa.-respondí dándole la razón- ¿Tocaremos Bach?
- Sí, quiero que leas los ocho primeros compases.
- Es más difícil de lo que creía...
- Tocaré la pieza una vez, luego lo intentas tú y al final te daré mis observaciones.
- De acuerdo, ¿puedo anotar aquí?-pregunté señalando la partitura-
- Por supuesto, ese libro ahora te pertenece.-dijo guiñándome el ojo-
Era inevitable quedarse sin nada que decir o saber cómo reaccionar ante sus gestos.
- Tu cabello.-dijo acomodando el mechón que siempre sobresale-
- A-Ah... no se preocupe, jamás se quedará quieto.
Hice de todo pero siempre permanece de esa forma.- Es lindo, te queda muy bien.-comentó con un tono sincero e inocente-
Era la primera vez que alguien me decía algo así.
Siempre me había quejado de mi cabello desordenado y deseado que fuese más dócil.
Sus palabras cálidas y trato amable empezaron a ser peligrosos para alguien tan ingenua como yo.
Pero... no hacía nada malo y aún manteníamos una distancia adecuada.
- ¿Emma?-Perdón, estaba algo distraída.
- Entonces empezaré.-anunció abriendo la tapa del piano-
Los pensamientos negativos y desconfiados se esfumaron cuando él empezó a tocar.
¿Qué más daba si era amable?
No recibiría nada a cambio, como dinero o prestigio.
¿Qué podría darle una aún niña como yo?- Ahora inténtalo guiándote de la partitura.
- Sí.
Toqué hasta el sexto compás y me quedé estancada en un arpegio enorme.
- Permíteme. -interrumpió sosteniendo mi mano izquierda-
Sentí una corriente eléctrica atravesar mi espalda.
Vamos, contrólate.
- ¿Podrías poner tu mano derecha sobre la mía?-preguntó-
Para que sientas el movimiento de mi mano en el arpegio.- Sí...
Sus manos eran enormes, firmes y delgadas.
- ¿Sientes el movimiento de la muñeca? Debes ejercer un poco de fuerza para poder denotar más el sonido y llegar a completar el arpegio mientras vas hacia la derecha.
- Entiendo.
- Otra cosa, debes cuidar tu postura.
- ¿Huh?
- Siento que estás algo tensa, debes relajarte un poco.-dijo reposando su mano sobre mi hombro-
Otra vez esa sensación.
- Lo siento...
- No tienes que disculparte, Emma. Aún siento que estás nerviosa y desconfiada porque nos conocimos hace muy poco.
- Es verdad.-susurré evitando mirarlo directamente-
- De a poco haré que llegues a confiar en mí y a mirarme a los ojos sin presionarte.- dijo con una sonrisa-
Siempre evitaba mirar a los demás de esa forma, incluso cuando hablaba con alguien.
- No te fuerces ni te reprimas, solo sé tú misma y disfruta la música, Emma.
Esas palabras se sintieron tan cálidas, que disiparon cualquier duda o temor latente.
Aquel nudo que no me dejaba respirar desde hace años, empezaba a deshacerse.
~S
Luego de casi un año, esta novela sigue en emisión y decidí hacer algunos cambios para que coincidan ya que están escritos en fechas diferentes.
Por eso me esforzaré para que sea de su agrado.
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Can't breathe
FanfictionLas teclas de un piano, el compás de nuestros latidos y las dinámicas del preludio que ambos escribirmos. Aquellos gritos ahogados y dolor, no me dejan respirar. El pasado vuelve a atormentarnos, la memoria es frágil y los recuerdos borrosos. La mús...