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Luego de verla crecer, me preocupaba la situación que había cambiado su forma de vida. Me ví involucrada en aquella situación y tenía que hacerme cargo de ella a costa de mi propia vida y la de mi hijo.

¿Qué más podría haber hecho? No tenía dinero, ni trabajo, ni mucho menos un hogar a donde ir luego de perder a aquella familia que me había acogido desde que mi esposo falleció.

- Señorita Isabella, ¿Está segura que puede cuidar de la pequeña?

- Sí, la criaré junto a mi hijo Ray.

- Recuerde que nadie debe enterarse sobre su supervivencia.

- Entendido señor, tendré mucho cuidado con ello.

- Entonces puedes llevártela, tenemos suerte que perdió fragmentos importantes de su memoria.

- ¿Y si los Minerva la buscan?

- Tendremos que ocultar su identidad.

- No creo que aquello sea fácil.

- Descuida, haremos que no se acerque a ella por nada en el mundo.

A decir verdad, Ellie era como mi propia hija.

Ray ya había crecido y siempre que el joven Minerva venía iban a diferentes lugares con ella.

El dinero no caería del cielo, y aquel miembro de la familia Rose nos prometió el mundo entero a cambio de mi silencio.

Era un día común, preparé el desayuno para la familia y luego salí con Ray a hacer las compras domésticas.

- Mamá, ¿Eres feliz en este lugar?-preguntó ayudándome a llevar un par de bolsas-

- Por supuesto querido.-respondí con una amplia sonrisa- Esta familia ha sido muy buena con los dos, desde que tu padre falleció.

- Hace tiempo que no hablas de él.

- Lamento aquello, pero es muy difícil para mí recordarlo.
Apurémonos, que ellos regresarán para cenar.

- No cambies de tema...

El diminuto teléfono sonó y contesté sin sospecha.

- ¿Hablo con la ama de llaves de la familia Rose?-preguntó una voz desconocida-

- ¿Quién es usted?

- Soy el sobrino del señor Rose. Necesito que venga de inmediato y empaque sus cosas y las de la señorita Ellie.

- No entiendo de qué está hablando.

- Es una orden, debe venir de inmediato o le irá muy mal.-interrumpió con rudeza y colgó-

Ray me tomó de la mano con serenidad y logré recuperarme.

Caminé con velocidad a la pequeña mansión sin saber en qué me estaba metiendo.

Así pasaron los años, cuidando de ambos con el dinero que recibía de forma mensual. Aquel primo de la señora Rose se había quedado con los bienes y dinero de la familia, mientras que yo debía mantener silencio y ocultar a Ellie para que no le llegue a ocurrir nada.

- La única forma de borrar el apellido de Emma para siempre es que tu hijo se case con ella. Los estuvimos vigilando por un tiempo y se llevan muy bien así que va a funcionar.

- ¿Y qué sucede si me niego a ocultar la verdad?

- Usted, su hijo y Ellie morirán. Los tenemos vigilados.

. . .

- Mamá, quiero comprar un par de cosas para Norman.

- Pero hija, él ya tiene todo lo necesario.

- Quiero regalarle algo para el viaje o para que se acuerde de mí.

- Claro que no se olvidará de tí, eres muy ingenua Ellie.

- ¿Vamos mamá? No puedo ir sola, te lo ruego.

- Vaya niña más obstinada.
Querido ¿y si regresamos a la tienda de regalos?

- Es peligroso por la lluvia, tal vez ocurra algún accidente.

- No seas tan pesimista, Ellie se portará bien luego si vamos. ¿Verdad Ellie?

- ¡Sí!

Las dos familias habían acordado aquella boda por intereses, pero igualmente los dos prometidos llegaron a quererse mutuamente de manera sincera.

A pesar del fuerte lazo que los unía, el accidente ya planeado estaba a punto de suceder.

- Acelera, Lewis.

- Si lo hago también moriremos.

- Sé lo que te digo, es orden del jefe.

- Lo pagaremos muy caro.

- Es mejor a morir de hambre en esta mierda de ciudad. Ellos vivieron rodeados de lujos y joyitas, comiendo de sobra ¿acaso es justo para pobres como nosotros?

- Estamos siendo manipulados por uno de esos, debes pensar.

- ¡Cállate y quítate!

~ S

Can't breatheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora