Can't breathe

🎼12

- ¡Al fin! -grité emocionada levantándome de la cama-

Las clases empezaban nuevamente hoy, por fin podía verlo y tocar el piano con libertad sin tener que esconderme.

Siempre habían problemas con mamá por el solo hecho de acercarme al instrumento.

- Emma, ¿qué estás haciendo?-preguntó mamá cuando me ponía a limpiar las teclas del piano guardado en el almacén-

- Estoy desenpolvan...

- Ni se que ocurra tocarlo.-respondió con sequedad mientras me llevaba afuera-

- ¿Por qué no?

- Odio el piano y el ruido que produce altera mis nervios.-respondió enojada-

- Lo lamento, no volveré a tocarlo.

- Por algo está guardado aquí, no vuelvas a entrar.-dijo cambiando su tono a uno más suave-

Esa fue una de las tantas veces que tuve roces con mamá, muchas veces acabé cediendo y tocándolo a escondidas.

Un día en clase de música, la profesora me entregó un formulario de la universidad de música que quedaba a un par de estaciones de mi escuela a la cual fui sin esperanzas.

- Usted es la siguiente, será evaluada en un nivel básico y si lo pasa puede tener clases gratuitas durante dos meses.

- Está bien, gracias por la oportunidad.-respondí desganada-

Sin teoría musical ni noción expresiva, entré a aquel salón.

- Bienvenida, siéntate por favor. ¿Puedes decirme qué es lo que sabes hacer o a qué nivel llegaste?

- Disculpe, vine por el afiche de estudiantes de piano básico... quiero decir que no llevé lenguaje musical ni clases de piano por lo que aprendí sola.

- No te preocupes, entonces tu prueba será auditiva y de coordinación, pero si también te conoces una pieza sería estupendo.

- Me sé una.

- Adelante.-respondió dándome pase al piano-

- Este piano tiene teclas suavecitas y es precioso.-susurré emocionada-

Me senté en la banqueta y empecé.

Había elegido la sonatina número uno en re mayor de Muzio Clementi. Me la había aprendido hace poco, mientras lo escuchaba en la sala de música de mi escuela.

Terminé algo tensa, ya que la había liado muchas veces.

Me sentía toda una inútil.

La señorita se levantó y me miró con una sonrisa extraña.

¿Lo había hecho tan fatal?

- La universidad está buscando alumnos que tengas requisitos básicos pero importantes y se te pondrá a prueba durante los siguientes dos meses para darte una beca por un año.

- Quiere decir...

- Pasaste, tu memoria auditiva y también dinámicas te ayudaron.
Tienes mucho por mejorar, sobretodo el tempo.
Sería interesante tenerte con nosotros.

- ¡No lo puedo creer!

- Entonces, necesitamos llamar a su apoderado ya que es menor de edad. ¿No vino con usted?

- N-No.-respondí de inmediato- No se preocupe, le llevaré los papeles si son necesarios ya que solo vivo con mi madre y está delicada.-mentí-

- Entonces necesitamos los documentos adjuntos en este sobre y empezarás a partir del próximo miércoles. Felicidades.-sonrió estrechando mis manos-

- ¡Muchas gracias!-sonreí emocionada-

¡Iba a estudiar piano en la mejor universidad de música del país!

Pero luego los maestros se volvieron contra todo lo poco que sabía.

- Empecemos desde cero. Olvídate de todo lo que aprendiste antes.
Y no usarás tu memoria auditiva por un tiempo, para que empieces a estudiar partituras.
Ahora lee el segundo sistema, a partir del 9no compás.

Cerraba mis ojos tratando de recordar la grabación que escuché de camino.

- ¿Estás leyendo o estás haciendo trampa?

- Lo siento.

- Entonces empieza. Uno, dos, tres.

¿Por qué demonios me disculpaba?

- Yo cuando era alumna siempre estudiaba, escuchaba a mis maestros y era la mejor en mis notas. Si estás aquí no es por tu talento, que te quede claro.

Siempre arrogantes, soberbios, mirando a todo por debajo.

- ¿Qué estás tocando?

- Una canción que escuché de camino a...

- ¿Otra vez a oído? ¿En qué quedamos la vez pasada?

Siempre sucedía algo nuevo.
Con la siguiente maestra no cambió.

- ¿Acaso no estudiaste? ¿O me dirás que en tu casa sí te sale?

- Yo no...

- Entonces te daré las lecciones ahí y me das café.-respondió con sarcasmo-

Las humillaciones y oscuridad incrementabab causándome ataques de ansiedad y dolores terribles de espalda.

- De nuevo.

- Está mal, toca desde el principio.

- No te puedes equivocar siempre en lo mismo.

- ¿Para qué estás aquí?

Quería mandarlo todo por la borda, me había decidido abandonar el piano.
No era para mí, no podía leer partituras tan rápido como me pedían.
Intenté con clases de lenguaje musical pero no sirvieron de nada.

Ya estaba harta.

- ¡Ya es suficiente!-grité sollozando luego de un largo sermón de la profesora diciéndome que no me esforzaba y no servía-

- No te dije eso para que lloraras.
Hazlo de nuevo.

- ¿Qué crees que haces?

- Yo estoy...

- Debes tocar exactamente como te digo. Técnica, movimientos y respetando los matices. ¿Cuántas veces tengo que repetir lo mismo?

- Usted me dijo que...

- ¿Vas a interrumpir mientras te hablo? Entonces retírate. No tengo humor para enseñarle a alguien que no se digna a aprender.

- Está bien, me iré. -respondí levantándome enojada-

- ¿Qué?

- Ya no tengo ganas de seguir con el piano, es tan aburrido como usted y sus técnicas estúpidas. Si sabe tanto ¿Por qué no está dando conciertos? -pregunté saliendo para no regresar nunca más-

Entonces lo conocí.
Él hizo lo posible por entender mi forma de aprender y escuchar todo lo que había podido aprender por mi cuenta.

Por fin alguien me hacía sentir valiosa.

- No te pongas tensa, Emma.-dijo con suavidad mientras tomaba mis manos- Mira, es de esta forma.

Mi corazón latía tanto, que estos meses se sintieron vacíos sin su presencia.

- No tienes por qué hacerlo todo de nuevo. Si te equivocas en algo pequeño solo repítelo desde el error y continúa. -dijo acariciando mi cabeza-

Luego de unos días grises de abatimiento, llegó él para hacerme notar que no me había esforzado en vano.

- Sé que no puedes practicar seguido por lo de tu madre. Pero si quieres puedes quedarte aquí hasta la hora que desees para practicar.

Ya en el autobús a una estación, sentía a mi corazón cada vez más inquieto. También sentía cosas en el estómago.

¿Podré darme cuenta algún día lo que siento por él?

~S