C I N C O

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La chica debia estar bebida o colocada.
Puede que ambas.
Se tambaleaba un poco pero parecia ser consciente de sus actos. O almenos espero que sea consciente de que ha matado a dos tios.

—Va a ser mejor que nos vayamos—la analice por unos minutos y asentí.

Su rostro era inocente, parecia que jamás en su vida hubiese roto un plato.

Que ironia

Giró sobre si misma en dirección a la puerta y la seguí.

No sabia que debia hacer ahora, no habia planeado nada y mucho menos para un situación como esta. Asi que creo que lo mas seguro es que vuelva a casa.

Mientras pensaba la perdí de vista, asi que me dirijí a mi moto. Una vez arranqué emprendí el camino a casa. No podia sacarme de la cabeza esa risa estrepitosa.  Esta chicha estaba loca.

Me introduje por el camino de gravilla que llevaba a la entrada. Viviamos en una casa a las afueras. Todo el exterior estaba rodeado de árboles y hay un pequeño lago mas al fondo.

Queriamos discrepcion, y con tres adolescentes que se dedican a matar a sangre fría no era muy seguro alquilar un piso en el centro de la ciudad.

Me saqué el casco y acomode mi pelo. Entonces alzé la mirada y la volví a ver. Entre los arboles habia una silueta, y una persona encapuchada. No era capaz de verle el rostro, pero no era la primera vez que nos cruzábamos. Es como si me hubiese estado siguendo. 

Tal vez deberia matarla

Pero algo me decia que no iba a molestar, asi que lo deje estar.

Subi los escalones de la entrada principal y en el suelo vi un trozo de papel blanco. Lo cogi y lo desplege para leerlo.

Aria, ten cuidado.
Eli.

No sabia si eso debia tomármelo como amenaza, o como aviso. Como fuera, tampoco tenia tiempo para estas tonterias.

¿Quien es Eli?

Fue lo último que pensé antes de quedarme completamente dormida.

A R I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora