C A T O R C E

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Conduje en silencio por diez minutos, hasta que divisé un bar de carretera.

--¿Quieres comer aqui?--ella solo asintió.

Estacioné el auto en el aparcamiento y ambas nos bajamos de este.

El local estaba casi vacio, y la iluminacion era bastante pobre. La decoracion era tipica de bar de carretera, en tonalidades rojas.

Rose se dirijió a uno de los reservados que habia junto a los grandes ventanales.

--Ire a pedir una hanburguesa y un refresco, ¿tu que quieres?--la mire y pensó durante unos segundos.

--Solo quiero agua.

--Deberias comer algo

--Comeré cuando llegue a casa.

Suspiré. No podia llevarla a casa ahora mismo, seria algo suicida. Tampoco le dije nada porque no queria que volviese a alterarse.

Me acerqué a la barra y pedi un refresco y un agua. Ahora yo tampoco tenía hambre.

Cogí ambos vasos y me dirijí a la mesa.

--Iré al baño un momento--dije. Ella asintio y le dió un trago a su agua.

Una vez entré a los servicios y me aseguré de estar sola marqué el numero de Kimbrly.

--¡Aria!--exclamó--¿estas bien?

--Claro que estoy bien Kimberly--dije obvia--necesito que me digas si sabes algo que pueda ayudarme.

--Vaya--se rió nerviosa--estas hasta el cuello. Tienes a todo sus hombres buscandoos.

--Sin duda ese dato me sirve de gran ayuda--ironicé.

--Da la vuelta al pueblo y ven a casa, aqui estaras mas protegida. Logan tambien viene hacia acá a darnos apoyo.

--Esta bien, llegaré en media hora.

Me mire en el espejo. Tenia el pelo en la mierda. Me lo habia recogido en un moño mal hecho antes de salir de casa. Iba a lavarme la cara cuando vi un sobre en el lavabo.

Lo abrí, era la misma letra que el del anterior.

Aria, no cometas un error que pueda marcarte toda la vida.
Ellie.

Dentro del sobre habia un colgante, una cadena de plata con una rosa, envuelta por un dragón.

¿Que cojones?

Lo guardé en el bolsillo de mi sudadera y salí del servicio.

--Rose nos vamos--cogí mi mochila del asiento y la rubia se levanto detras de mi para seguirme.

Subimos al auto. Ninguna hablabla. Realmente se agradecia el silencio dada la situación, tenia demasiadas cosas en las que pensar.

A lo lejos ya divisaba la casa. Me extrañó que Rose aun no se quejara de que le traiga en contra de su voluntad.

--Es aqui--dije una vez aparqué.

Rose alzó la mirada, y encarnó una ceja.

--Se que quieres volver a casa, pero no es el momento--suspire.

--No es eso--capto mi atencion, su voz habia vuelto a cobrar vida.--no se que coño estas haciendo, ni porque lo haces, pero si no paras será lo ultimo que hagas.

Sus ojos se clavaron en los mios, lo decia en serio, y en el fondo yo misma lo sabia, pero ella no sabe de lo que soy capaz, ni de quien soy.

Y mucho menos sabes que estoy haciendo rubia.

A R I ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora