Carta número treinta y tres.

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Hudson me a invitado a una convivencia en el sur de la ciudad. No tengo ni idea del por qué te lo digo pero sentía la necesidad de hacerlo.

El lugar es como un museo abandonado, presentarán en la noche varías obras de arte. Supongo que será genial, he visto que tenemos muchas cosas en común, la única diferencia es que no eres tú, no sabes como me gustaría que me acompañaras esta noche.

Que me tomarás de la mano a pesar de lo sonrojada que quedaría. Que me tomarás de la cintura con ternura y besaras mi sien cada vez que vieras mi emoción al observar una pintura. Que tú me vieras como la séptima maravilla del mundo, como la obra más hermosa y espectacular de todas.

Y caigo en cuenta que eso es lo más imposible del mundo. Bufo al ver que te encuentras sentado con Damián en una de las mesas del centro del comedor y yo aquí sin poder acercarme, pero sonrío cuando sueltas una enorme carcajada y sostienes tu estomago como si se fuera a partir en dos.

No te imaginas lo feliz que me hace verte así.

Atte: Peyton Collins, tu admiradora secreta.

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora