Carta número treinta y ocho.

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El baile de bienvenida ésta a tan solo unos días más. He quedado con Hudson para ver un maratón triste de películas en mi casa, supongo que será una gran idea.

Quiero felicitarte por haberme pegado aquella pequeña manía que tienes. Justo en este instante veo lo concentrado que estás escribiendo cuando de repente observo como tu mirada se pierde en la mía. Sonríes y le pasas un papelito a Damián, él se lo pasa a un chico moreno, el chico moreno se lo pasa a otro chico asiático, el chico asiático se lo pasa a una chica castaña, la chica castaña se lo pasa a Aria y finalmente Aria me lo entrega a mi.

No tengo ni la menor idea de que es lo que venga adentro escrito, pero puedo asegurarte que me muero de los nervios, tanto que Aria nota como miro el papel con desconfianza y temor, así que suelta una pequeña risita e instantáneamente varias miradas recaen sobre ella.

Parpadeo varias veces para ver si esto es real. Me haz mandado un papelito que a pasado por algunos de la clase y eso hace acelerar a mi corazón, tan grande es lo que siento por ti que parece que en cualquier momento me dará algo.

Así que con toda la paciencia y lentitud del mundo, desdoblo la hoja arrugada y sonrío cuando leo las cuatro pequeñas palabras escritas con tinta azul.

Mi respuesta es un rotundo si.

Atte: Peyton Collins, tu vecina y compañera de clase.

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora