Carta número cincuenta y tres.

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Cuando te vi sentí algo raro por dentro, una mezcla de miedo con locura. Y tu mirada me juró que si te pierdo, habré perdido la más grande fortuna.

No se nada de tu historia, ni de tu filosofía. Hoy te escribo sin pensar y sin ortografía, para aprender a quererte, voy a estudiar como se cumplen tus sueños, voy a leerte siempre muy lentamente, quiero entenderte.

Cuando te vi tuve un buen presentimiento, de esos que llegan una vez en la vida, quiero tenerte aunque sea solo un momento y si me dejas tal vez todos los días. Para enseñarte a extrañarme voy a escribirte mi canción mas honesta. Darte una vida con mas sumas que restas, si tú me dejas no habrá preguntas solo respuestas.

Dime, ¿cómo le hiciste para entrar en mí?,¿por qué todo el tiempo yo pienso en ti? Nunca entendí como le hiciste, estás en mi cabeza. Pero dime, con tan solo verte, yo me derretí y si esto es un juego, creo que ya perdí. Espero lograr que al menos pase, no me rendiré.

Siento como alguien al lado contiguo de mi asiento me quita con demasiada cautela un audífono del oído y me estremezco. Una enorme sonrisa brota de mis labios sin avisar, giro el rostro tratando de contener la emoción.

Un acercamiento más y podría sentir como tus labios rozarían con los míos.

¿Donde están en este preciso momento los dioses del Olimpo para hacer que alguien pase por detrás de mi y me empuje haciéndome besarte?

No es justo solo verte. Mirar como aquellos labios rosados, rellenos sin duda alguna me llaman haciéndome tragar saliva repentinamente.

Atte: Peyton Collins, la chica que ahora muere por besarte.

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora