Carta número sesenta.

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Hecho un pequeño vistazo al cubículo de la profesora Zoé.

Tomo con fuerza el boceto que he hecho durante estos días para el mural quedando asombrada con las pinturas y portarretratos que se encuentran en el no tan grande espacio.

»Lamento el desorden, ando remodelando... ya sabes, mi sitio de trabajo es mi segundo hogar«

Sonrío ante sus palabras. Espero en algún futuro hacer lo que realmente me gusta y estar así de entusiasmada como la profesora.

Cuando ella termina de acomodar unas cuantas cosas me pide que me siente y así lo hago.

Empiezo a jugar con mis manos nerviosa, pues es la primera que hago un boceto en forma de borrador para plasmarlo futuramente en algún lugar. Es algo nuevo para mi.

Mientras que la profesora revisa lo que he hecho yo por otro lado trato de mantener mi postura erguida y que mis nervios no salgan a flote en este momento. O peor, que las manos me empiecen a sudar y al despedirme deje toda sudada la mano de la profesora y me mire con cara de asco y ya no me quiera para el nuevo proyecto.

¡Ah pero que cosas digo! Necesito calmarme. No es como si alguien más entrara y fuera a ver mi trabajo.

¡Toc Toc!

Uno.. dos.. tres.. segundos pasan cuando entras por la puerta muy sonriente. La profesora achina sus ojos con dulzura cuando te ve.

Luego de unos minutos descubro que tú eres su asistente. Y la persona que me acompañará a elaborar la pintura.

¿Qué está pasando?

Atte: Peyton Collins, la chica confundida en estos momentos.

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora