Carta número cuarenta y cinco.

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La clase de Biología siempre ha sido una de mis favoritas. Pero lo qué pasó esta vez fue (o es más bien) que el profesor empezó a explicar la anatomía del cuerpo humano, ver tus mejillas teñirse de un color rosado al momento de escuchar el órgano sexual del hombre ha sido y será una de las escenas más tiernas que he visto de ti. No por lo que dijo, si no por la reacción que tuviste al escuchar la platica que hizo.

Sonrío como boba mientras que tú por lo contrario tapas tus mejillas despistadamente agachando la mirada y recibiendo un pequeño golpe burlón por parte de Damián.

Lo qué pasa unos segundos después es más que épico. Mi sonrisa desaparece cuando el profesor me llama la atención y me dice que repita lo que acaba de explicar hace un momento. Aria trata de apoyarme por que sabe que estuve embelesada viéndote pero no se lo permite pues el viejo enojon me señala y dice una palabrota. En cuestión de segundos toda la clase queda en un penetrante silencio, trago saliva nerviosa pues es la primera vez que me habla de esa manera y al parecer todos mis compañeros lo notan.

Pero lo que los sorprende aún más es el hecho de verte levantar de tu asiento molesto. Inhalar y exhalar con fuerza pidiendo una disculpa hacia mi persona, pues yo no tenia la culpa de los malos ratos que pasaba el profesor mientras abres y cierras con violencia tus puños, haciendo resaltar una pequeña vena en el lado izquierdo de tu cuello.

Abogaste por mi y sin pedírtelo. No se que sentir y como sentirme al respecto.

Atte: Una muy sorprendida Peyton Collins.

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora