Carta número treinta y nueve.

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Los jueves suelen ser el penúltimo día de la semana de clases. Para mi es el inicio de una inmensa felicidad y emoción al saber que ya me reconoces cada vez que me vez en algún lugar.

Hoy he quedado con Aria para ir al centro comercial y pasar una tarde de chicas o algo parecido, según ella dice que hemos tenido muy poco tiempo de amigas pero descuida, suele ser así de intensa algunas veces.

Una de las cosas que no sabía, era que ella vendría acompañada de tú mejor amigo, Damián. Al llegar aquí me di cuenta de que me usó como su amuleto de la suerte o algo así, según lo que ella dijo, pero más bien siento que me utilizo para poder verse con este chico. ¿Tú estabas enterado de esto?

Mi pregunta queda atrapada en el aire cuando veo como sales de una tienda deportiva de ropa. Y es como si todo se volviera en cámara lenta, tú saliendo con una sonrisa en tu rostro acompañado de unos jeans negros ajustados, una verde camisa polo con puntos negros y una chamarra de cuero negra. Es increíble la forma en que te ves, solo espero que no hayas notado la baba que literalmente tiraba por ti.

Entonces aquí es cuando mi pulso se acelera de nuevo. Te acercas a nosotros y plantas un pequeño beso en mi mejilla.

Madre santa.

Atte: Peyton Collins, tu admiradora.

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora