Carta número cincuenta y siete.

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Que me perdone el tiempo por querer detenerlo cuando te miro.

Veo como bajas un poco el mentón, alzas de nuevo la mirada viéndome con los ojos semiabiertos; mirada intensa. Después de unos segundos veo como se vuelve cargada de afecto positivo, profunda, suave, idealizada. Siento el contacto de tus dedos rozando mi hombro desnudo, bajas con paciencia, tranquilo, sin prisa.

Cuando llegas a la cintura, un pequeño apretón me descoloca por completo, suelto un gemido de sorpresa y mi corazón palpita con demasiado frenesí. Cierras y luego abres los ojos dejándome asombrada cuando por primera vez detallo el color de tus ojos. Grises claros con un poco de azul en ellos.

Paso mis brazos por detrás de tu cuello acariciando suavemente tu cabello, despacio, sin apuro. Veo como relames tus labios haciendo que los míos se sientan secos de inmediato.

No puedo creer como es que llegamos a tal punto. Volteo sintiendo un repentino frío cuando noto que mi habitación se encuentra a oscuras, escucho un susurro que proviene por fuera y me invade el pánico. Tú lo notas mientras te acercas a mi y sonríes de lado.

»Es hora de despertar«

Sí.....Espera ¿Qué?

En un dos por tres mi vista empieza a hacerse borrosa. Tú de igual manera. Intento sostenerme de ti pero cada vez me resulta imposible, mi mano roza con la tuya pero en vez de agarrarla la sobrepasa haciéndome caer.

Despierto de un brinco exaltada, por inercia toco mi rostro para tocar mis brazos y terminar en el pecho. Fue solo un sueño.

Me levanto poniéndome las pantuflas, camino tallándome los ojos y clavando mi vista en tu balcón. Abro la boca sorprendida cuando observo que tienes las ventanas abiertas y las cortinas recogidas. Me das la espalda cuando empiezas a quitarte la camisa.

¡Santo jesucristo!

Atte: Peyton Collins, tu vecina..

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora