Carta número cuarenta y nueve.

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Luna amaneció muy feliz el día de hoy, eso me alegró demasiado a decir verdad. No se por que ni como, tomó esa costumbre de despertar, dar unas cuantas vueltas dentro de mi habitación, salir hacia el balcón y acostarse de nuevo ahí. Creo que el frío que empieza a hacer de invierno, azota en su rostro provocándole comodidad.

Debo confesar que me siento bien conmigo misma. Después de tanto tiempo, estamos a punto de salir de vacaciones y no es novedad saber que es la época más esperada del año.

Me estiro unos cuantos segundos esperando a que Luna entre de nuevo pero no lo hace, así que decido por darme una ducha relajante.

Cuando salgo, lo primero que noto es una pequeña bolita de papel en el hocico de mi French Poodle. Se acerca a mi y lo deja cerca de mi pies esperando a que lo tome, pienso que quiere que se la lance cuando noto que esta misma, contiene unas cuantas letras que no logro descifrar por lo arrugada que esta.

La desdoblo y por un segundo siento como el corazón se me sale del pecho, corro cerrando con rapidez el balcón, inhalando y exhalando con fuerza pues esto no puede estar pasando. Volteo a ver a Luna y observo muchas hojas tiradas cerca de mi cama, la caja en donde guardo las cartas abierta y inclinada, no conteniendo ya nada dentro de ella.

Que haz hecho Luna.

Atte: Peyton Collins.

Las Cosas Que No Te He Dicho. [#1] (EDITANDO)©️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora