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Aquella mañana Changbin despertó primero muy de mañana antes que Hyunjin despertase; se quedó acostado ahí unos minutos apreciando de cerca las facciones del menor, realmente Hwang era muy apuesto y de eso Seo no tenía duda alguna.

Le observó y delicadamente alejó unos mechones de pelo que cubrían el rostro del pelinegro, esbozó una sonrisa tal como el tonto enamorado que era pero luego ésta se desvaneció de su rostro al recordar que aquél chico que tenía junto a él en aquella cama no era más que su mejor amigo y eso nunca cambiaría a más, quizá a menos, pero nunca sería algo más que el mejor amigo de Hwang Hyunjin.

Sin ánimos de dejar que su mente se nublara de tantos malos pensamientos acerca de la amistad de ellos dos bajó de la cama llendo en busca de su uniforme para luego ir al baño para tomar una ducha con la esperanza de que ésta terminase de enfriar su mente.

Al salir de la ducha y terminar de arreglarse para el colegio se aseguró de arropar bien al pelinegro que seguía aún en el mundo de los sueños y luego salió en rumbo a la cocina; preparó un buen par de hotcakes suficientes para que toda la familia Hwang y él desayunasen, solo que Changbin decidió desayunar sólo y antes de que el menor siquiera despertase salió de aquella casa en camino al colegio luego de dejarle una pequeña nota de su pronta salida y deseándole que disfrutara del desayuno.

Aquella mañana era fría, el cielo estaba nublado y corría una pequeña ventisca que por poco le congelaba; se odió un momento por no haber echo caso al pronóstico del clima, había dejado sus guantes y su bufanda en su casa el día anterior y obvio no tenía las ganas de ir hasta allá solo por ellos.

Se encogió de hombros restándole importancia al clima metiéndose las manos a los bolsillos en busca de algo de calor finalmente entrando a una tienda para comprar un café caliente.

La campanilla de la entrada sonó cuando el castaño abrió la puerta entrando a la tienda, su mirada fija al piso llendo solo en dirección de la típica máquina expendedora de bebidas, metió un par de monedas presionando el botón correspondiente a una lata de café negro, ésta calló y él se agachó para recogerla llevándola a sus labios luego de abrirla para tomar un sorbo obteniendo un poco de calor en su cuerpo finalmente.

Al voltearse para retomar su camino no pudo creer encontrar a aquél chico rubio ahí frente a él en aquél mismo sitio.

-¡Sabía que eras tú hyung! -fue lo primero que dijo con una gran sonrisa en rostro aquél chico de pecas- ¿Y esta coincidencia de encontrarte tan temprano aquí?

-¿Qué hay Yongbokie? -saludó igual al menor con una sonrisa- pues... solo me dieron ganas de llegar temprano; dicen que a quien madruga Dios lo ayuda -dijo sin más bromeando haciendo reír al menor-

-Tú siempre con tus ocurrencias Changbin hyung -limpió una pequeña lágrima que le había salido de tanto reír- ¿Entonces ahora mismo vas al colegio hyung? Dudo mucho que haya alguien más ahí, ¿No será aburrido y solitario ir tan temprano?

-Pues no lo creo, pienso que es bueno pasar un tiempo a solas contigo mismo de vez en cuando, ¿Tú no lo crees así Yongbokie?

-Puede ser... aunque si irás para pasar tiempo a solas mejor ni te pregunto si te puedo acompañar -bajó la mirada un tanto desanimado- supongo que tendré que ir más tarde.

-¿Querías ir conmigo? ¡En ese caso vamos! No tengo ningún inconveniente con que me acompañes Yongbokie, sirve que me haces más ligero el día -con una linda sonrisa en rostro pasó su brazo por los hombros del menor haciendo señas de que fueran-

-So...solo deja que le avise a mis padres de que me iré contigo, ahora vuelvo.

-¿A tus padres? ¿No estás aquí sólo? -ladeó la cabeza sin comprender, el menor rió-

Tu mirada ♣ HyunIn ♣ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora