Capitulo 10

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Los labios de Marty se fruncieron en un gesto mientras recogía una fuente llena de dulces y frutas. No podía creer haber accedido a hacer de sirvienta para el gran ogro y sus amigos tan ogros y gigantes como él, sin una pelea, pero estaba enferma hasta la muerte de estar en esa maldita cámara todo el tiempo.

La verdad es que a ella no le hubiera importado esta tarea en lo más mínimo, (había servido mesas durante sus años de universidad después de todo) excepto, por el hecho de que tenía que servir los dulces y las frutas en topless, llevando nada más que una falda sarong transparente.

La falda qi'ka que llevaba puesta esta noche era de un bello carmesí brillante. La había encontrado a los pies de la cama cuando se había levantado esta mañana, Harry ya se había ido, pero la falda que le había dejado era un aparente regalo.

Marty pensó poco en eso, asumiendo que él simplemente la había dejado como un recordatorio, de que ella debía obedecer las reglas de ahora en más. Y así había decidido desobedecerlo al no ponerse la falda, desafiándolo de la única forma que podía.

Había cambiado de opinión luego de que Ora había entrado en su cámara privada y había visto la falda. Con un grito de asombro, la robusta castaña la había levantado de la cama y se había vuelto hacia ella con una amplia sonrisa en su rostro. -Es como lo predije- sonrió, su sonrisa era contagiosa. -Has vencido a la horrible Typpa para la atención del amo-.

Marty no pudo más que sonreírle. De todas las cientos de sirvientas fieles del palacio, Ora era la única con la que sentía una conexión, esa inexplicable química que forjan dos mujeres como amigas. - Cómo sabes?-

Ora entonces había procedido a explicarle la importancia del alto precio de una qi'ka para ella, aún diciéndole como podía venderla en el mercado si luego de dejar la servidumbre se hallara en necesidad de créditos. Marty había escuchado atentamente, reservando la información para uso futuro.

-Yo era la favorita del rey cuando apenas llegué aquí hace cinco años Yessat-. Ora se encogió de hombros. -Se sabe muy bien en todas las galaxias que los guerreros se cansan rápido de sus favoritas, entonces es mejor-, le advirtió como una amiga lo haría, -que hagas lo mejor posible mientras él esté contigo-.

El estómago de Marty se anudó de sólo pensarlo, como si no supiera porqué. Qué esperaba ella se preguntó con aire taciturno, a la vez que Ora cambiaba de tema y la informaba del banquete de esta noche, que un hombre que poseía cientos de mujeres preciosas se enamorara locamente de ella y quisiera estar solo con ella?

Sí, pensó con una mueca, desafortunadamente era exactamente eso lo que esperaba.

Por qué debía importarle si no lo lograba? Por qué ella?...

Bah! Cuál era el objetivo de engañarse a sí misma? A ella le importaba. No quería, pero era lo que le pasaba.

- Estás lista?-

La pregunta de Ora captó la atención de Marty, haciéndola volver al presente. Ella pestañeó. -

Sí, estoy justo detrás de ti.

Ora la miró con compasión, luego sonrió de modo de tratar de calmarla. -Va a estar todo bien Mari. El festín va a durar como mucho dos horas Nuba-. Ella suspiró. -Pero es mejor que te advierta...-

Marty levantó una ceja pero no dijo nada.

Ora suspiró otra vez. -Si uno de los huéspedes de honor del amo quiere probar tus encantos, es tu deber copular con el guerrero-.

El corazón de Marty comenzó a acelerarse. La sangre corrió rápido a su cabeza y golpeaba en sus oídos. - Qué?-

Ora se encogió de hombros inútilmente. -Es la forma de éste mundo, Mari.- Ella estudió la cara de su amiga por un momento y luego sonrió. -Debo decirte la verdad, no es una tarea tan mala después de todo. Como vas a comprobar, no hay cosa tal como un guerrero no atractivo-. Ella se río entre dientes de su aspecto mortificado. -La verdad, si sólo miras la situación como un observador objetivo, te darías cuenta que mis palabras son verdaderas-. Marty sólo se quedó boquiabierta.

Esclavizado (H.S) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora