Capitulo 20

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El Palacio de las Dunas, Ciudad Arena en Planeta Tristón

Con su nee'ka inconsciente en brazos, Harry apresuró la velocidad de la plataforma de lanzamiento del transporte. Al llegar a la gran sala, se dio cuenta que Ari los había estado esperando, ya que tan pronto como la Jefa Sacerdotisa puso los ojos sobre ellos, la figura quieta de Mari se disolvió de sus brazos y Ari desapareció en un abrir y cerrar de ojos detrás de ella.

- Adónde la llevó?- Harry bramó a Zor, quien corría a su lado. Era obvio que él también sabía lo que estaba pasando. Ari, en toda su inexplicable sabiduría, de alguna manera debe haber previsto su llegada.

-A los apartamentos que usted tiene aquí-, Zor le informó, sus ojos buscando la cara de Harry con preocupación. -Ari quiere que la deje trabajar con su nee'ka. Ella le informará cuando es conveniente distraerla-.

Harry suspiró, pasando sus manos baqueteadas por su cabello. Ignorando a su hermano, dobló en semicírculo para ver si Ora estaba detrás de él. Cuando la vio a ella y a la beba segura en sus brazos, él le hizo señal de que necesitaba alzar a su pequeña hija.

Zy'an estaba como embobada cuando él la quitó de los brazos de Ora, sus destrezas motoras ya evolucionaban a una rápida velocidad estas últimas horas. Él besó su cabeza suave y pasó su nariz por el conjuntito de seda, le encantó su olor a bebé.

Harry se volvió a Zor quien estaba ocupado sonriendo a su pequeña sobrina. -Estoy preocupado-, Harry dijo con voz profunda. -Logré que naciera, pero todavía no ha comido. Rechazó el jugo taka, lo escupió todo sobre mí-.

Zor pensó en eso por un momento. Extendió sus brazos como para alzar a la criatura. –Quizás ella tome el jugo mali-.

-No-. Harry movió su cabeza con obvia preocupación. -También traté eso. No puede retener nada de eso-.

Entonces Kyra llegó a la gran sala con su hijo más pequeño, Jon, tomado de su mano. Ella caminó rápidamente hacia sus hermanos, queriendo saber qué estaba pasando.

Zor y Harry miraron los pechos agrandados de Kyra y luego se miraron entre sí. Ambos soltaron una respiración al mismo tiempo, dándose cuenta al mismo tiempo que era posible que Zy'an tomara el jugo dulce de otra mani.

-Oh Dios mío-, Kyra suspiró cuando finalmente los alcanzó. -Zora y Zara recién me contaron lo que pasó-. Ella miró preocupada a la bebé. - Cómo está?-

-Puede estar mejor-, Harry dijo con voz áspera, pasando un dedo suavemente por la mejilla de su hija.

- Puedo ayudar en algo?- Kyra preguntó, con sus ojos agrandados.

Zor rápidamente la puso al tanto. Kyra inmediatamente tomó a Zy'an de los brazos de su

marido y la ubicó con ella en la mesa elevada de la sala del comedor.

Veinte Nuba-minutos después, Harry lanzó un respiro de alivio. Zy'an había aceptado la oferta de su tía. Incluso había sonreído después de eructar.

Mucho más tarde en esa salida de luna, Harry fue llevado a la cámara donde yacía Mari. Sus ojos todavía estaban cerrados, todavía estaba inconsciente y por lo que Ari le había contado, todavía debía despertar. El único consuelo que Harry tenía era que de algún modo sus colores habían vuelto.

-No pierdas la esperanza-, Ari murmuró. -Su voluntad es fuerte. Tan sólo continúa diciéndole cuanto Zy'an y tú la necesitan, qué tan importante es para ella cruzar a través del Rah-.

Harry asintió, comprendía que el Rah era la barrera no natural entre este reino y el mundo místico de la diosa. Sostuvo a Zy'an de modo seguro mientras se acomodaba junto a Mari en la mesa elevada.

Sus ojos se posaron sobre la figura de su nee'ka, notando de una vez que ella estaba desnuda y que ya había salido su jugo dulce. Soltó una respiración, diciéndose a sí mismo que seguro era un buen signo.

Cuando la silueta de Ari brilló y se disolvió, Harry giró hacia su esposa y tomó su mano tiesa en la de él.

-Por favor-, le dijo con voz profunda, sus palabras llenas de emoción, -vuelve a nosotros, Mari-.

Una única lágrima atravesó su pómulo. -Te amo, nee ́ka. Te amo con todo mi corazón-.

No hubo respuesta.

Harry suspiró agotado pero se resistió a perder la fe. Mientras respirara, siempre había fe. -

Vuelve a mí, pequeña-.

Esclavizado (H.S) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora