Capitulo 6

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Harry levantó en sus manos a la puta pequeña y gritona y pasó un brazo sobre ella para asegurarla. Una mano grande se apoyó en su pecho izquierdo y lo apretó un poco, jugando con el pezón a medida que los zorgs los conducían de vuelta al otro lado del campo de gemas. -Ahora eres mía-, le murmuró al oído. Su dedo gordo y su dedo índice jalando su pezón. -Toda mía-.

Marty tragó de golpe, sus ojos se ensancharon nerviosamente. Sentir su respiración caliente en su cuello le dio escalofríos e hizo que el pezón con el que estaba jugando se endureciera aún más.

Cuando la otra mano rozó los rulos dorados como la miel por el vértice de sus muslos, ella se encontró gimiendo y en forma paradójica, se odió por eso.

- Basta!- lo golpeó, sus sentidos se desentonaban con la realidad cuando sus dedos encontraron su clítoris, - No me toque!- Harry sonrió. Una sonrisa real. Se sintió estimulado, cada célula de su cuerpo hacía un cosquilleo de sólo tocarla. No sabía si fue el efecto de la puta misma o el efecto de la batalla, pero decidió que probablemente fue la combinación de ambos. Que por una vez Harry Q'an Tal no estaba peleando, que haya optado por capturar esta mujer sin pensar por un minuto en pelear... nada de eso estaba en su mente ahora.

Su mujer? pensó con frialdad. No, su mujer no. Su sirvienta fiel. Había una diferencia.

-Calla-, le dijo, bajando la velocidad del vuelo ahora que estaban lejos de la batalla de abajo. -

Sabías el precio que pagarías si eras capturada antes de convertirte en mi prisionera-. Sus dedos frotaron su clítoris en círculos metódicos, haciendo que su canal goteara para él. Las tiras de caballo negra de cuero no le ofrecieron ningún impedimento, ya que las Wani llevaban el cuero cortado de tal forma que se pueda coger sin tener que quitarse la ropa. -Tú elegiste pelear, pequeña y ahora me pagarás con cinco años Yessat de esclavitud-.

Sólo cinco? Por primera vez en cientos de años, tal magnitud de tiempo pareció muy corta para su pensamiento.

Los labios de Harry se fruncieron en un gesto. Por qué esta maldita puta lo ponía tan nervioso?

- Servidumbre!- Marty bufó. Apretó muy fuerte sus mandíbulas. - Jamás! Yo moriría primero! Máteme ahora pero no trate de hacerme su esclava o sino yo seré quien lo mate- Decidió ignorar el hecho de que lo que le estaba haciendo en su clítoris, estaba a un paso de hacerle salir los ojos de su cabeza.

-Mmm-, Harry susurró en su oído con el ruido más profundo y oscuro que ella había oído alguna vez. -Tengo buena suerte al haber capturado una puta tan pasional-.

Marty tragó bruscamente, se dio cuenta que las palabras que ella decía no causaban miedo en absoluto. Y en verdad, qué podía hacer ella a este hombre gigante? Y a uno que podía no menos que volar... Pero, pensó con resentimiento, tenía que estar tan seguro del hecho que ella no podía tomar represalias?

Arrg!

-Quiero que me deje ir-.

Su voz sonó con miedo, aún para sí misma. Pero no podía calmarse. No tenía idea de lo que podía implicar servidumbre para este bárbaro y no tenía deseo de averiguarlo. La encerraría en un repulsivo y oscuro calabozo donde a ella sólo se le permitiría agua y pan una vez al día por cinco años? La torturaría en frente de él con fines de entretenimiento?

O, pensó con ansiedad, iría más lejos que eso? Lo que sus dedos le estaban haciendo ahora a su clítoris le dio una idea justa de lo que al menos iba a ser uno de sus castigos. Pero el castigo más humillante de todos, ella reconoció, sería no solo que él la forzara a entregarse sexualmente, sino que de algún modo, se las ingeniara para que ella quisiera eso.

Esclavizado (H.S) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora