Capitulo 15

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Mientras tanto, en la luna de Ti Q ́won...

-Te doy muchas gracias, tía, por permitirme parar aquí con Jana por un tiempo-. Sentada en la mesa real elevada en el salón comedor, la Gran Princesa Kara Q'ana Tal sonrió afectuosamente a su tía, la Reina Geris.

Geris sonrió. -Estamos contentos de que estés aquí. Verdad Dak?-

-Por supuesto-, dijo el rey entre los bocados de estofado. Se pidió un trozo de pan maga. -Fue la caza de tu futuro Compañero Sagrado lo que te permitió dejar Ciudad Arena y visitarnos por un tiempo-.

La sonrisa de Kara titubeó con la sola mención del Gran Señor Cam K'al Ra. -Sí-, dijo ella débilmente, -caza-.

La Princesa Jana, dorada como su padre, inmediatamente cambió de tema. -Mani-, ella dijo, sus brillantes ojos azules se encontraron con los ojos marrones de su madre, -quizás Kara, Dari y yo visitemos los puestos de venta mañana-.

Geris sonrió. -Seguro, nena. No veo por qué no-.

-Con la condición que vayas con los guardias del guerrero- Dak anunció. -O tu hermano Dar-.

-Sí, papá-. Jana paseó su mirada de su padre a Kara, luego de vuelta a su madre. – Nos excusan, mani?-

Los labios de Geris se fruncieron en un gesto. -Pero casi ni comiste, nena-.

Jana sonrió, un poco nerviosa para la forma de pensar de Dar ya que arqueó una ceja dorada mientras la veía trabarse al hablar. -Quizás podamos terminar de comer en mi cámara-, ella sugirió.

Geris miró a Dak. Cuando él no dijo nada, ella encogió sus hombros. -Bien. Vayan entonces-.

-Gracias, mani-.

Jana, Kara y Dari se apuraron a levantarse al mismo tiempo. Cada una tomó un plato, paró brevemente a los lados del rey y la reina para darle un beso en sus mejillas y se largaron del salón comedor.

Dar las vio salir con una mirada curiosa. Él se volvió a su madre. -Debo acompañarlas a los puestos de compra en la mañana, mani. Deseas ir también?-

Geris tomó un trozo de pan maga y negó con su cabeza. -Suena bien, dulzura, pero tu tía Kyra me desafió a un partido de holo-laberinto-. Ella apuró su paso. -Es hora de ganar de vuelta los malditos cincuenta créditos-, ella murmuró bajo su respiración.

Dar sonrió, un hoyuelo se formó en su pómulo. -Tú y la tía toman el holo-laberinto en serio-.

Dark resopló al escuchar eso. -Es el eufemismo de éste milenio-.

Geris frunció el cejo a su marido, luego giró hacia su hijo y alborotó su cabello dorado con afecto. -Cuida bien a las chicas, nene-. Ella suspiró, su porte era cada vez más serio. -En especial Dari y Kara. Me preocupan-.

Dar asintió, aunque pensó para sí mismo que Jana necesitaba ser controlada tan de cerca como las otras dos. Dari y Kara siempre hacían lío, sí, pero Jana era simplemente astuta. -De seguro-, él murmuró.

Esclavizado (H.S) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora