Mientras tanto, en la luna de Ti Q ́won...
-Te doy muchas gracias, tía, por permitirme parar aquí con Jana por un tiempo-. Sentada en la mesa real elevada en el salón comedor, la Gran Princesa Kara Q'ana Tal sonrió afectuosamente a su tía, la Reina Geris.
Geris sonrió. -Estamos contentos de que estés aquí. Verdad Dak?-
-Por supuesto-, dijo el rey entre los bocados de estofado. Se pidió un trozo de pan maga. -Fue la caza de tu futuro Compañero Sagrado lo que te permitió dejar Ciudad Arena y visitarnos por un tiempo-.
La sonrisa de Kara titubeó con la sola mención del Gran Señor Cam K'al Ra. -Sí-, dijo ella débilmente, -caza-.
La Princesa Jana, dorada como su padre, inmediatamente cambió de tema. -Mani-, ella dijo, sus brillantes ojos azules se encontraron con los ojos marrones de su madre, -quizás Kara, Dari y yo visitemos los puestos de venta mañana-.
Geris sonrió. -Seguro, nena. No veo por qué no-.
-Con la condición que vayas con los guardias del guerrero- Dak anunció. -O tu hermano Dar-.
-Sí, papá-. Jana paseó su mirada de su padre a Kara, luego de vuelta a su madre. – Nos excusan, mani?-
Los labios de Geris se fruncieron en un gesto. -Pero casi ni comiste, nena-.
Jana sonrió, un poco nerviosa para la forma de pensar de Dar ya que arqueó una ceja dorada mientras la veía trabarse al hablar. -Quizás podamos terminar de comer en mi cámara-, ella sugirió.
Geris miró a Dak. Cuando él no dijo nada, ella encogió sus hombros. -Bien. Vayan entonces-.
-Gracias, mani-.
Jana, Kara y Dari se apuraron a levantarse al mismo tiempo. Cada una tomó un plato, paró brevemente a los lados del rey y la reina para darle un beso en sus mejillas y se largaron del salón comedor.
Dar las vio salir con una mirada curiosa. Él se volvió a su madre. -Debo acompañarlas a los puestos de compra en la mañana, mani. Deseas ir también?-
Geris tomó un trozo de pan maga y negó con su cabeza. -Suena bien, dulzura, pero tu tía Kyra me desafió a un partido de holo-laberinto-. Ella apuró su paso. -Es hora de ganar de vuelta los malditos cincuenta créditos-, ella murmuró bajo su respiración.
Dar sonrió, un hoyuelo se formó en su pómulo. -Tú y la tía toman el holo-laberinto en serio-.
Dark resopló al escuchar eso. -Es el eufemismo de éste milenio-.
Geris frunció el cejo a su marido, luego giró hacia su hijo y alborotó su cabello dorado con afecto. -Cuida bien a las chicas, nene-. Ella suspiró, su porte era cada vez más serio. -En especial Dari y Kara. Me preocupan-.
Dar asintió, aunque pensó para sí mismo que Jana necesitaba ser controlada tan de cerca como las otras dos. Dari y Kara siempre hacían lío, sí, pero Jana era simplemente astuta. -De seguro-, él murmuró.

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Esclavizado (H.S) 3
FantasyEl siguiente material incluye contenido sexual gráfico para lectores adultos. Esta historia ha sido calificada como una obra de contenido E por un mínimo de tres críticos independientes. Las escenas de amor sensuales son explícitas y no dejan nada l...