Capitulo 13

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Harry dejó Sypar sintiéndose más hosco que una bestia de barranco, condición que duró por las siguientes salidas de luna. Había tratado de copular con las sirvientas fieles de su hermano al visitar el palacio de hielo (muchas eran bellezas lujuriosas) pero a la hora de los palos, no pudo sostener una erección con ninguna.

Mierda! Si esas malditas sirvientas se decidían a hablar, sería más de una puta algo vergonzante para él. Él, Harry Q'an Tal, incapaz de copular?

Bien, él se dijo con desdén, al menos era poco probable que algún guerrero creyera tales historias blasfemas si llegaran a sus malditos oídos.

Harry apretó sus dientes mientras navegaba su transporte de alta velocidad hacia Morak. De seguro estaba perdiendo su mente, pensó. La estaba perdiendo y lo que era más, era seguro que no la recuperaría.

La peor parte era que le había mentido a Rem. Le había mentido a su propio hermano!

Confundido y muy avergonzado como para admitir a alguien el modo que se sentía por su sirvienta fiel, había inventado batallas míticas en los sectores lejanos como la razón para no dejar la primera dimensión. Debería haber ido con su hermano, debería haber ido para asegurarse que su hermano se fuera bien, y se sintió como un hombre mortal por no haber hecho eso.

Y mira donde había llegado.

De vuelta de Morak a Sypar, una holo llamada que helaba la sangre hizo que Harry girara su transporte, y se dirigiera a la quinta dimensión a una velocidad sónica. Su hermano había hallado su nee'ka, sí, pero su crucero gastroluz había golpeado un meteorito y había caído en picada fuera de control en un agujero.

Pero luego en ruta hacia la quinta dimensión, Rem mismo había enviado otra holo llamada, informándole que era inútil que fuera por ellos. Obtener un crucero gastroluz y rastrearlos no sería bueno, porque ahora ellos estaban en Joo y la atmósfera del planeta era tal que los cruceros gastroluz podían entrar, pero muy lejos.

Entonces Harry había girado otra vez, sabiendo que él tendría que esperar. Se encontraría con Rem en las montañas de Joo siguiendo la salida de la puta Kara.

Y ahora, finalmente, estaba regresando a Morak por un corto tiempo. Había pensado en seguir hasta Ciudad Arena y parar allí hasta partir hacia Joo, pero no, no podría estar tanto tiempo lejos de los encantos de Mari. Necesitaba estar con ella por un tiempo, sentir el canal de ella ordeñándolo otra vez.

Verdaderamente, Harry no creía merecer siquiera este corto respiro. Debería estar en Joo con Rem, Death y la nee'ka de Rem. Y hubiese estado si es que no le habría mentido a su hermano y a su amigo sobre las luchas en sectores lejanos e ir a la caza de novias como originalmente había planeado.

La verdadera razón de Harry de no buscar con Rem y Death era mil veces peor que el derramamiento de sangre en sectores lejanos, al menos para la forma de pensar de Harry. Él simplemente se había llenado de pánico de sólo pensar en la posibilidad de que le quitaran a Mari por el período de una búsqueda entera. Sí, la podría haber llevado con él a la primera dimensión, pero si lo hacía, los otros hubieran estado juzgando su apego no natural hacia ella, quizás burlándose.

Harry gruñó al pasar su mano en forma agitada por su cabello. En nombre de la diosa Aparna qué le estaba pasando? Había desarrollado una enfermedad rara que hacía que un guerrero perdiera su maldita cabeza? O la mykk Wani le había dado a Mari cierta clase de poción para que a él se le endureciera y su bolsa permaneciera firme sólo para ella? O quizás...

Bah! No pensaría en eso. Volvería a Morak lo más pronto posible para hallar el remanso dentro del estrecho canal de Mari. No se cuestionaría más. De seguro era cansador, admitió taciturno.

Esclavizado (H.S) 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora