Al despertar la siguiente mañana se sintió reconfortado, como si aquel descanso hubiera renovado por completo sus fuerzas.
Se incorporó sintiendo cada uno de sus músculos y los notó distendidos y ágiles. El bosque estaba tranquilo y más silencioso ahora sin aquel viento. Al ponerse de pie notó que la única molestia en su cuerpo era el hambre que sentía. Recordó que en todo el día anterior no había comido nada.
Necesitaba cazar algo o encontrar algún tipo de fruta o verdura para comer. Se puso de pie, tomó su arco y una de las pocas flechas que le quedaban. Mientras tomaba el arco y comprobaba que estuviera en buen estado, no podía evitar pensar que sería muy difícil encontrar algo para cazar en ese sector del bosque. Aquí el bosque crecía entre grandes lomas, cubiertas por completo con grandes árboles. En los bajos que quedaban formados entre las lomas, abundaban árboles más pequeños y frondosos, que se encontraban completamente rodeados por arbustos y plantas de hojas anchas y carnosas. Mendert había notado también que aquellos sectores de entre las lomas tendían a acumular el agua y en algunos casos se formaban pequeños pantanos. Todo aquella parte resultaba un lugar bastante hostil y difícil para encontrar comida.
Caminó en la dirección opuesta en la que había dormido, dejando a sus espaldas el árbol que había usado para reposar. Descendió uno metros por la pendiente de la loma cuidando sus pasos, era fácil resbalar en aquel suelo húmedo e inclinado. Una vez en el bajo, enseguida notó como la tierra se iba humedeciendo y ablandando a medida que se internaba más en él. Caminar resultaba bastante difícil entre la espesa vegetación y el blando suelo que atrapaba sus pies. Tras pasar unos largos minutos recorriendo aquel pantano, sin siquiera pensar en cazar, pues atrapar algo en esas circunstancias sería casi imposible, regresó al lugar donde había dormido. Prestó mucha atención a las plantas que se topaba en el camino, intentando encontrar alguna comestible.
La búsqueda de algo para comer era una tarea que lograba ocupar su mente, le permitía olvidar aquel asunto de la brisa y la voz misteriosa. Como siempre la acción, era uno de los mejores remedios de Mendert.
Casi llegando a la cima de la loma reconoció una planta pequeña de hojas acintadas, de un color verde claro y amarillento en su base. Recordó que aquella planta poseía unas raíces engrosadas que eran comestibles, no de un gran sabor, pero con algún valor nutricional y energético. Tomó su cuchillo y lo hundió en la tierra, cavando para extraer las raíces.
John las había conseguido en el bosque cercano a Woodstown y a pesar de que él las había despreciado en aquel momento, ahora se llenaba de alegría al verlas. Efectivamente eran las mismas. Regresó adonde había dormido, llevando consigo unos cuantos trozos.
Cuando estuvo frente al árbol apoyó las raíces en el suelo, y al hacerlo notó que algo extraño yacía a un costado del tronco. Con cautela rodeó el tronco. Tenía el aspecto de algún animal, pero no parecía moverse.
Lo que vio realmente lo impactó, pues tras aquel árbol yacía en el suelo una especie de roedor, del tamaño de un conejo. Estaba muerto y a su lado, completando la imagen extraña, dos frutos de un color anaranjado claro.
Miedo, sobrevino a la sorpresa. Buscó en los alrededores por rastros de quien pudiera haber dejado aquello, pero no encontró nada.
El capitán simplemente no podía creer aquello que veía. Parecía una cena perfecta ahí lista para ser tomada y comida, con excepción de que faltaba cocer aquel animal muerto.
No pudo evitar la formación de una sonrisa en su rostro al pensar esto.
No estaba seguro si debería comerla. Comparado con aquellas raíces el roedor era un manjar.
Intentando no pensar en su origen lo tomó, encendió un fuego y preparó su cena. Comió aquel animal y luego uno de los frutos, que resultó algo amargo pero comestible.
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La Sombra del Bosque
FantasiPuerta verde, río de ramas Casa de sombras, luz sin llamas Mendert conocía aquella canción, se la había leído uno de los ancianos escribas que el rey tenía trabajando en esta empresa secreta. La primera vez que la había escuchado, una sensación de...