ˏˋ°•*⁀➷ || ❝¿𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐦𝐚𝐬? 𝐜𝐥𝐚𝐫𝐨. 𝐲𝐨 𝐬é 𝐭𝐨𝐝𝐨 𝐬𝐨𝐛𝐫𝐞 𝐟𝐚𝐧𝐭𝐚𝐬𝐦𝐚𝐬 ❞
────Gia y su madre están escapando. Escapan de su esposo loco y escapan de la mala vida. Cuando todo parece malo aparece una oferta indiscutiblemente perf...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
。+.。゚:;。+゚+。::゚。:.゚。+。。+.。゚:;。+゚+。::゚。:.゚。
capítulo cinco " presencia "
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La luz del día cegándome los ojos fue la razón por la que me desperté esa mañana. Me recordé mentalmente que tenía que conseguir cortinas ya, si no quería seguir levantándome a las putas ocho de la mañana todos los días en lo que restaba del verano. Lo primero que llenó mi cabeza fue el susto terrible de la noche anterior. Mis ojos rápidos recorrieron la habitación, pero como era de esperarse, no había nada. Me quedé un buen rato mirando a la ventana, donde había visto su reflejo, pero solo había polvo y paredes descoloridas. Sonreí de lado sintiéndome estúpida al instante. ¿Por qué había sido tan fácil asustarme? Todo aquello por un estúpido chico en mil fotografías que yo ni siquiera conocía. El día que dejara de asustarme por todo iba a ser el puto apocalipsis.
Me levanté del suelo, acomodando mi cabello para hacerlo ver decente, a pesar de que no tenía sentido, nadie lo iba a ver a excepción de mi madre. Me encaminé a buscarla en cuanto estuve completamente incorporada; crucé por el pasillo y por cada paso que daba un recuerdo de una Gia asustada se colaba en mi mente, haciéndome sentir mucho más estúpida cada segundo.
Bajé las escaleras y me encontré a mi madre hablando por teléfono. Parecía bastante feliz y satisfecha. Curiosa, terminé de bajar y me acerqué a ella. Mis ojos viajaron a la gran pintura sin darme tiempo de autorizarlos. Pero no, desvié la mirada antes de poder enfocarla bien. No me atrevía a mirar y no sabía siquiera por qué.
Cuando mi madre colgó me dirigió una mirada serena.
-Buenos días, cariño -me saludó. Le mostré una sonrisa.