Que es un sueño sin un deseoQue es un anhelo sin un pensamiento
Que es un sentimiento sin pretenderlo
Y que es olvidarte si aún te sueño
CEPEDA2 DE JUNIO
Sientes esa sensación de ligereza que te entraña lo que no es, pero sientes, escuchas y ves todo lo que tu cabeza no quiere ver, hundes la cabeza, las manos y los pies… y aún así parece que corres y de nuevo no llegas otra vez.
De nuevo corres hasta ese pasillo y desde fuera de esa cristalera ves lo que un día no quisiste perder….
Me despierto frenético una vez más, ese rayo de luz que penetra entre la madera corroída por el tiempo me recuerda mi pereza de terminar de arreglar el tejado de las noches anteriores, mi desgana de levantarme y a veces incluso de recordar lo que mis pesadillas insisten en recordarme.
Me dejo caer de nuevo sobre el colchón que aún permanece en el suelo en medio de ese desván, a pesar de que una robusta y segura estructura de cama sigue en la habitación contigua pretendiendo que me engulla.
Miro hacia cada lado situándome, dándome cuenta que estoy en esa casa de campo de mis abuelos en Ourense y no en A coruña, donde últimamente paso tanto tiempo, tanto que a veces no sé ni donde despierto, sintiéndome algo perdido como desde hace tiempo…
Suspiro levemente mientras revuelvo mi pelo como si con ello consiguiera apartar esa pesadilla de mi memoria y agradezco el tacto fresco en la planta de mis pies sobre la loseta para llegar hasta la pequeña ventana que hay al final del desván y recibir algo de frescor de la mañana de este caluroso día de Junio.
Admiro el verde que se aprecia desde ese pequeño refugio que desde hace meses es mi mundo y consigo esbozar media sonrisa, porque mirando esto me siento bien, me siento refugiado, y es lo más cercano que he asumido estar de la felicidad.
Si me hubieran dicho que es la felicidad siempre lo hubiera asociado a poder estar cerca de los míos, pudiendo mantenerme aquí, en Ourense, mi tierra, la que quería con locura.
Si era realista no sabía que era la felicidad total, quizás se había desdibujado el concepto o alcanzados unos términos se escurre de mis manos la sensación de morriña y se presenta ante mí la realidad.
Si era sincero diría que poder ver más a menudo a mi abuelo me hacía sonreír, poder comer los domingos con mis padres y los viernes perderme en el bar de siempre, donde empecé mis pinitos con la estrella Galicia con escasos dieciséis años me hacía sentir bien, tenía una rutina, trabajaba, me mantenía y vivía.
No obstante siempre hay un pero, sentía que trabajaba para vivir y no a la inversa, sentía que tenía cerca a los míos pero no los disfrutaba, y en el fondo sabía que no era la mejor versión de mí mismo.
Si bien volver a vivir al volver de Canarias con mis padres fue duro, a los escasos tres meses necesite alejarme hasta terminar siendo un invitado-ocupa en un gnomo piso en el centro de Ourense con un amigo que me hizo replantearme cuan estúpido era desaprovechando mi familia y volviendo intermitentemente a la casa de mis padres, combinando estancias en pisos de amigos solteros que uno a uno han acabado cayendo en las redes del amor i los convencionalismos.
Mis amigos empezaban a estar casados y con hijos, los solteros solo empataban las fiestas buscando alguien con quien casarse y tener hijos, ya sin poner resistencia y evidenciando defectos, pocas miras aunque siendo sincero todo lo que llenaba mis palabras de veneno era mi resentimiento cuando hablaban de sus hijos, y era simple y llanamente porque yo jamás llegué a tener del todo el mío.
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En Los Mapas De Tu Piel
FanfictionA veces el camino si es el que pensábamos, a veces el camino es el que una vez soñamos, a veces nos sorprende la vuelta a caer en un precipicio donde zambullirnos de lleno en el agua, a veces, y sólo a veces nos volvemos a perder en los mapas de la...