Números a ciegas
Decorando vivencias
Números que no son dígitos
Fechas que hablan de ti y de mí
Días que no borrarán los recuerdos
De tu piel en mi piel
Mapas inexplorados que se desvelan
Caminos que se encuentran
En los mapas de tu piel
AITANA
5 DE SEPTIEMBRE
Todo lo bueno en la vida puede resumirse en un “te”, una acción de introspección que te ayuda a conocerte, aceptarte, quererte…volviendo con el “te” y obviamente evolucionar.
Evolucionar como quid para resolver las ecuaciones y operaciones que complican nuestra vida, esa que consiste en compartirla, apreciarla, valorarla y luchar cada día aunque se presenten mil ciento veindidós problemas o mil setecientas veinte siete adversidades.
723 eran las tareas que había tachadas en una de mis mil libretas repletas de sueños que pretendían ser objetivos, 27 era mi número favorito, un mes de Julio, séptimo mes del año es en el que había besado a Luis por primera vez y vuelto a besarlo por primera vez en años, tres eran las horas que quedaban para la ignauración que definiría mi futuro, y 72 eran los años que tardó en construirse esta finca del todo según cuenta el abuelo de Luis, como 327 días era lo que hubiera necesitado para poder crear un restaurante como yo y pensaría que es ideal, aunque la vida me había demostrado que a veces pensamos que necesitamos más tiempo, cuando lo único que necesitamos es tener ilusión por un proyecto y poner una fecha, aunque sea impuesta.
Había tardado 23 años en valorar todo como ahora, mirar en positivo, con una perspectiva más madura, asentada y esperanzadora, y desde hacía dos deambulaba trabajando en ello, sin embargo no hacen falta siete meses para abrir los ojos, porque basta un instante observando si tus ojos brillan al verte reflejada y estar feliz con la imagen que te devuelve ese destello.
Ahora valoraba cada instante, cada minuto para mi soledad, para mi trabajo, para disfrutar con las personas que quería y la persona con la que elegía estar, ya habiéndome demostrado que era capaz de estar sola.
Hoy se cerraba una etapa en mi vida, pero no había un velo de tristeza por ello, sino que sentía que podía abrirse un mundo de posibilidades ante mí, y que daba igual el resultado de una batalla, porque si hoy caía, sabría que había dado lo mejor de mí y eso me ayudaría a levantarme.
723 era un número que me parecía precioso. Y había decidido que el día de hoy sólo intentaría ver las cosas de forma positiva, había dado el 700% de mi en este proyecto, mi receta estaba reconocida como mía, tenía a mi lado a la persona que más me apoyaba, y el apoyo real de todos los que me querían mandando sendos mensajes.
7 columnas eran las que sostenían la parte frontal de esa terraza que había diseñado junto a Martos, el arquitecto, mirando el paso del río, con un camino, que llevaba hacia un pequeño embarcadero reformado y listo, adornado con muchas plantitas que Aurora y Encarna se habían ofrecido a trasplantar junto a Miriam y Crislo, que también rodeaban esa terraza de piedra que alojaba mesas altas de madera oscura con plantitas aromáticas colgantes adornando su techo, verde en contraposición con la piedra oscura de fachada de esa finca que ahora parecía nueva y con alma a la vez. Las ventanas enormes de madera con doble cristal ahora lucían como antaño pero más seguras, el tejado de tonos rojizo brillaba con la luz de septiembre, y una enorme brújula descansaba sobre el arco de la puerta principal de doble hoja mostrando que estábamos en el Norte, o que siempre lo buscábamos, realmente nunca dejamos de buscar nuestro camino, mirando mapas, estudiándolos y descubriéndolos.
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En Los Mapas De Tu Piel
FanfictionA veces el camino si es el que pensábamos, a veces el camino es el que una vez soñamos, a veces nos sorprende la vuelta a caer en un precipicio donde zambullirnos de lleno en el agua, a veces, y sólo a veces nos volvemos a perder en los mapas de la...