En Los Mapas De Tu Piel

35. Viaje

He cruzado mares sin viajar

He conducido kilómetros

He sobrevolado varios países

Y nunca supe que era viajar

Hasta que supe que tú eras el viaje

LUIS
12 de Julio

¿Qué es un viaje?

Algunos lo confundirían con unas vacaciones, otros con un trámite de trabajo o para otros el trayecto para llegar a algún lugar, ahora ¿qué lugar?

Un viaje no es El viaje, con ese artículo determinado, que determinando determina el lugar, también con ese determinante determinado, y es que ese artículo indica determinantemente que buscamos, o la mayoría así lo hace, el lugar donde llegar al final de nuestro viaje, nuestro destino y camino, nuestra vida, quizás algunos dijeran que es un espacio físico, otros una sensación de añoranza como esa morriña tan nuestra en Galicia, sin embargo a veces el destino, el viaje y el determinante simplemente es un sentimiento, un sentimiento que nace en ti pero que surge por otra persona.

Algunos pensarían que estoy loco si digo que voy de viaje por simplemente salir de Ourense para llegar a A coruña a recoger a Aitana, pero es que para mí eso era más viaje que coger un avión al otro lado de océano, al del este o al del oeste, porque quizás el viaje no sea de lado a lado, aunque sí con curvas, sino fuese un viaje hacia delante, al futuro y ahí se llegaba con cambios.

Y es que los cambios siempre son esperanzadores, es como enamorarte de nuevo, emprender una nueva aventura, avanzar y a la vez sentir ese miedo bonito a lo inexplorado, ese cosquilleo que te hace a veces no querer ni comer y otras arrasar con el helado de limón, pero que te indica que estás vivos.

Cambiar, renovarse o morir dicen, y es que cambiar es lo que nos hace evolucionar, triste sería si no pasásemos de la infancia, aunque sea una época dorada sin responsabilidades, pero no estaría esa etapa inquieta de la adolescencia donde te vas conociendo a ti mismo o a veces perdiéndote para encontrarte, que también tiene su aquello, sería triste perderse la adultez, no poder ver a tus padres madurar, ver la prima cana de los que quieres, es poderlos ver crecer contigo también y es algo hermoso, ver a tu abuelo cumplir años una vez más, como le tocaba a final de semana, un motivo de celebración más para este julio de cambios constantes, los cambios de trabajo empezando a arreglar el local con Efrén, cerrar el ciclo con el trabajo que me desanimaba, poder ayudar a mi abuelo a volver a equilibrar su economía y la verdadera felicidad de saber que iba a ver más a menudo a Aitana.

Sí, hoy venía Aitana y eso es lo que me ilusionaba, aunque tuviera el hándicap de que Eugenia venía a revisar cosas y cerrar tratos el viernes, que para más inri mi abuelo la había invitado a dicho cumpleaños y como no a Diego, ante el cual tendría que disimular mi animadversión hacia ella, pues ante Aitana ya no tenía que hacer tal esfuerzo como le dije en esa llamada el lunes pasado...

-Ay Luis no vas a secuestrarme en la finca todos esos días-dice ella.

-¿Por qué no? Compro una botella de albariño o dos-sugiero con voz ronca que sé que la pone nerviosa entre otras cosas.

Ella carraspea nerviosa recordando nuestro idilio con ese vino.

-No es mala idea, ahora si vas a comprar albariño que sea antes del viernes-susurra ella pilla con esa voz entre infantil y femme fatale.

-¿Y eso?-inquiero.

-Va Euge y se lo comentó a Diego y aprovecha a ir el finde para ver a sus padres convenientemente-susurra ella sonriendo.