26. Sol Y Lluvia

1.3K 56 89
                                    

Días de Sol sin luz

Días de Lluvia sin pena

Días de ti

Sol y Lluvia

LUIS

30 DE JUNIO

Dicen que los días sin sol son tristes, que tienen lluvia, que tienen pena, pero hay días sin sol y sin pena, al igual que hay días con sol pero no luz.

Muchas veces sentimos que hay sol aunque el cielo se nuble, y otros que da igual que el sol presida el cielo, que llueve a tu alrededor.

Y es que a veces tenemos nuestro propio sol, encontrando la luz en una mirada, en un beso, en una caricia, en un abrazo, como en este abrazo en el que quiero quedarme a vivir, entre sus brazos sudados y su aliento en mi oído.

Aún tengo la respiración agitada, junto a la de ella, mientras su flequillo baila entre mi pecho y mis manos bailan en su espalda, como las suyas bailando en mi cuello y sé que la calma que me otorga este momento es exquisito, que es el lugar donde puedo perderme y refugiarme en medio de esta tormenta y no me gustaría que fuera solo por hoy, sino por más tiempo, sé también que tal vez no puedo permitírmelo, porque hay algo que lo impide, puede que sean mis vistas de futuro o precisamente el no tenerlas... o quizás sean los anhelos de ella...

Tampoco estoy seguro de que ahnela, me distrae y confunde, puesto que nunca quiere dormir conmigo, sin embargo la estrecho cuando noto como sus manos se deslizan por mi pecho y como su respiración se va acompasando aunque es todavía algo agitada.

Un suspiro de sus labios y notar como reacomodo su cabeza me hace sentir reconfortado, como si ella hubiera encontrado refugio también en mí, sin embargo no quiero engañarme, sé que en cuanto pasemos a dormir se negará, que ni siquiera se lo plantea ahora a hacerlo conmigo aunque se note cómoda conmigo, quizás teme eso o tal vez no, pero sé que huirá, porque siempre huye en ese momento, nunca quiere dormir conmigo, no estoy seguro de si alguna vez lo ha hecho o si acaso lo más cerca que hemos estado es estar abrazados en mi cama mirando las horas volar entre tristes pensamientos cuando murió mi hijo, aunque quizás lo hiciera por pena, por contenerme, pero no tenía un componente de peso para tener significado dentro de nuestro algo.

Porque fue justo cuando me perdí, cuando me caí, cuando toque fondo y quisiera tiempo para curarme sin prisa poco a poco, entre sus manos bailando en mi pecho y las mías bailando en su espalda.

Mis ojos deseancerrarse, deseo descansar porque no lo he hecho desde hace más de dos días y sentir su cálido cuerpo sobre el mío me invita a ello, como sus manos acariciando mi vigilia me hacen desearlo, sin embargo estoy encima de una mesa de madera y no es el lugar más cómodo, aunque temo moverme y que ella huya, que no me acompañe a ver a Morfeo, a visitarlo.

Ella gira su cara y sé que me ha visto cerrar los mis ojos por un segundo, pero los abro y le sonrío. Ella me sonríe sincera dejándome, entrever sus dientes y su sonrisa sincera que me llega hasta lo más profundo de mi pecho, de mi garganta, dejándome sin voz para atreverme a decirle como la veo a mis ojos; como una auténtica suerte en mi camino, entre mis brazos, como la meiga qué haría de cualquier encanto beneficio a mí favor solo por tenerla a mi lado.

-Te estás durmiendo Luis-susurra ella removiéndose ligeramente pero mis brazos la atrapan y ella no se niegan, sino que suspira bailando su respiración en mi pecho.

-¿Vas a dormir encima de una mesa?- inquiere con voz graciosa.

Yo niego con la cabeza y cierro los ojos mientras la aprieto contra mi pecho, porque el momento es demasiado bonito y bueno para romperlo por descansar, ya habría tiempo de eso cuando estuviera en una tumba como dice mi abuelo. Si la tenía entre mis brazos, quería disfrutarla, acariciarla, dejarme acariciar y sentir esa paz que conseguíamos darnos a pesar de que acabásemos de pelear por primera vez como algo.

En Los Mapas De Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora