En Los Mapas De Tu Piel

20. Ron

Como un soplo a las velas

Con sabor a ron y miel

Como un recuerdo a olvidar

O un futuro que no llega a ser

Como olvidas un anhelo

Como bebes ron sintiendo ya hiel

Al menos hoy bebe y déjame seguir contigo

Al menos lo que dure otro sorbo de ron admirando tu piel

LUIS

26/27 DE JUNIO

El ron dice que acerca posturas y cuerpos, que también cura penas, sincera palabras, que es un elixir que embota las venas, expande corazones y alardea de permitir a los humanos dejarse llevar por sentimientos o instintos primitivos, que ayuda a olvidar las razones, y que pega con miel, esa miel que es ella, dulce y atrayente para una abeja que quería saborear sus labios, su piel, que quería celebrar con ella sus nuevas primaveras, pero que en cambio me encuentro con hiel.

Parece que el ron esta noche no servirá para expandir corazones o acercar posturas, pero tal vez sí para sincerar palabras .

Pudiera ser que me sintiese como si ya hubiese bebido esa botella de ron que llevo en la mano, pues me siento mareado y aturdido cuando esa pequeña tira de Aitana.

Tiene unos ojos pardos escondidos tras un perfecto flequillo que enmarca una mirada aguada tras una pesadilla o un sueño que es en lo que parece que yo estoy metido.

Aitana eleva con dificultad a la pequeña del suelo dejando arrastrar una pequeña manta que la niña carga, pero vale ahora para que Aitana arrope a la pequeña y me mira a mí, mientras guardo silencio en un minuto eterno.

-Di algo-me pide.

Yo suspiro y observo la imagen, los brazos de Aitana parecen perfectos para cobijar ese cuerpo que se adapta a ella como si lo hiciese cada día y suspiro.

-Si no fuera porque te vi hace 2 años pensaría que es tu hija-confieso aturdido.

-Bueno pero no es mi hija aunque la verdad es como si lo fuera, Luis…-dice ella dando pie a explicarse.

-Esto es una locura, no entiendo nada Aitana-me atrevo a decir en alto no moviéndome del marco de la puerta.

-Aiti quiero mi tete-susurra un hilillo de voz que me suena familiar.

-Ya cariño, ya voy a buscártelo-le susurra Aitana mientras carga con dificultad el pequeño cuerpo de esa niña-Espera un momento por favor-me dice a mí.

Me quedo anclado al suelo sin ser capaz de moverme al ver como Aitana se dirige a la cocina donde esconde un chupete  y al sacarlo se lo acerca a la niña que se lo coloca con ganas y Aitana acaricia su mejilla con delicadez mientras la pequeña cierra sus ojos de nuevo.