38. Trece

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Vivimos viajando

Vivimos subiendo y bajando

Vivimos perdiendo trenes, autobuses, guaguas y oportunidades

Esperamos en andenes donde no pasa el tren a veces

Y aeropuertos donde hay un crisol de oportunidades

Perseguimos autobuses de números que no olvidamos

Vivimos para disfrutar el camino

Vivimos deprisa y corriendo

Vivo sin mirar mis pies queriendo volar

Y mientras

El trece paraba y no me di ni cuenta


AITANA

13 DE JULIO

Dicen que el trece trae mala suerte, que no es un buen número, que está convenido como una premonición de algo que se gafa, que no va a funcionar o similar.

Dicen que el trece es malo si es caótico, un mal número.

Y a veces simplemente es un número.

Hoy era el umpleaños de Don Arquímedes, tras varios intentos había conseguido acabar la tarta, gracias a que Luis se había ido a trabajar, porque sino mis manos hubieran estado alejadas de la masa, o no… según la masa.

Me daba cierta vergüenza llegar sola al cumpleaños, sin embargo Luis llegaría justo y yo no quería llegar tampoco cuando hubiese mucha gente, además de que era la encargada de la tarta.

Así que tras hacer el check in en el hotel a media tarde la madre de Luis se ofreció a buscarme por el hotel para recoger la tarta que dejamos en la finca, no me había quedado a solas con ella aún y aunque me costara asimilarlo yo era la persona que estaba con su hijo, así que eso la hacía algo aproximado a una suegra, por lo que estaba algo nerviosa, pensaba que mi vestido veraniego podía parecerle demasiado hippie o insinuante por el encaje o que llevaba demasiado maquillaje o que quizás iba demasiado  poco arreglada porque prescindí de usar zapato alto, sin embargo cuando llegó a recogerme a unas calles del hotel para no entrar en zona peatonal, me recibió con una sonrisa sin inmutarse tan si quiera en mi ropa, sino solo fijado su sonrisa en la mía.

-Buenas tardes rapaza.

-Buenas tardes Encarna-digo tímida subiéndome al coche.

-¿Qué tal la mañana?-pregunta.

-Bien gracias, casi no acabo aunque creo que quedó rica…

-Seguro que sí-dice ella sonriente.

-¿Y su día?-pregunto por educación y si era sincera por curiosidad también.

-Podía haber sido mejor, ayudo en una asociación que protege el medio ambiente y están empeñados en hacer un camino de cemento en un sendero que hay aquí cerca, estamos de acuerdo en que las cosas hay que arreglarlas, pero un sendero si se le echa cemento deja de ser sendero y pierdo su naturaleza ¿no crees?-pregunta.

Yo asiento sonriente, desde luego Luis había heredado de su madre ese amor por la naturaleza y esa tenacidad de defender lo que quiere.

-Aunque siempre voy bastante lento conduciendo esta vez haré una excepción porque quiero llegar prontito, Miriam está nerviosa porque no hemos llegado aún y no quiero estresarla que ya está inquieta-dice ella cogiendo las curvas ya saliendo del centro de Ourense.

En Los Mapas De Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora