6. Duda

1.4K 70 207
                                        

Duda

De saber si dices la verdad

De escuchar la verdad

Duda

De mí y de tí

Duda

Soy una duda

De saber que vas a pensar

Si me descubres persiguiendo una sombra

Dudando de dudar


LUIS

13 DE JUNIO

Si me llamaras duda podría girarme al sentirme llamado, pues a decir verdad, duda es lo que soy cada vez que ella se va, cada vez que dejo de verla frente a mí, porque dudar es humano y las palabras mudas no son confianza, sino duda, y los rumores aumentan la duda de estar dudando de si ella se irá de nuevo o no, porque no sé que significa el reencontrarme de nuevo con esa duda que es ella.

Aitana siempre fue una incógnita en mi vida, por no repetirme y decir que es una duda.

En el pasado ella conseguía apartar tantas dudas de mi cabeza... despejándome y haciéndome sentir que podía superar todo, que podría ser quien quisiera, y a su vez tenerla cerca era un arma de doble filo, porque cada vez que se alejaba más de unos centímetros volvía la duda de que era ese "algo" , que fue más de lo que Aitana jamás asumiese.

No podía concentrarme en los trabajos que me encargaba últimamente ese amigo de mi abuelo con el que había obtenido trabajo, que aunque vivía en Galicia presumía de ser el dueño del buffete de abogados donde trabajaba Diego, el mismo que me exigía horarios a veces inhumanos, y otras soltaba la mano, haciendo que estuviese en constante alerta por el trabajo, con la añadida tensión de no meter la pata en cuanto al favor que Diego nos hacía, pues había accedido de extraperlo a llevar el caso del alquiler de la finca de Ourense a título personal.

Diego había sido ese amigo de la infancia que era como un hermano, pero que cuando pasan unos años te das cuenta de que has perdido el contacto, aunque cuando lo vuelves a ver es como si nada hubiese cambiado y sentirlo tan cerca en estos momentos en que sabía que incluso la salud de mi abuelo podía depender de sentencias y burocracia, pasar por las manos de un abogado sincero y no enredador, me daba algo de tranquilidad.

No veía a Diego desde hacía años pero aun así sabíamos que seguíamos siendo amigos, pues tras nuestro reencuentro la confianza volvía a ser la misma e incluso mayor.

Le había contado el motivo real porque me mude a Canarias, sobre la enfermedad de Efrén, la felicidad de saberme tío gracias a Roi y Crislo presumiendo de fotos de ese pequeño trasto de dos años.

Él me reveló su fallida vida con una chica que compartió sus dos últimos años de universidad y sus cuatro primeros años de vida adulta, tras la cual pasó un año en Barcelona haciendo un máster donde encontró trabajo y se sucedieron muchas chicas, una de ellas cumplía paso a paso el ideal de su mujer soñada , pero se dio cuenta que lo que más le gustaba de él era el dinero y no otra cosa quizás algo tarde para su gusto, y se desquitó con algunas mujeres que no debían culpa, aunque tampoco les prometía nada. Pasó dos años soltero hasta que hace unos meses se desilusionó del amor cuando él ya se imaginaba su vida encaminada en una relación demasiado formal que acabó en apenas a seis meses de convivir juntos tras un año previo saliendo, cuando ella le advirtió que no quería ser madre y sus conceptos de futuro se desdibujaban.

En Los Mapas De Tu PielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora