#25 - Guarida

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Narra Lince

Tras esa "pausa", Cénit, la Artillera y yo salimos del estadio y volvimos a la zona de piedras.

Artillera: De verdad, cambiaos, os van a reconocer si no.

Ella nos dio dos trajes negros parecidos al suyo, uno de chica y otro de chico.

Cénit: El de chica para mí y el de chico para ti, ¿no?

Lince: ¡No seas idiota!

Rei con la ocurrencia de Cénit. Era encantador. Sé que estoy todo el día que si es encantador, que si le amo, pero es que es la verdad. Cuando pienso en él mis pensamientos vuelan como mariposas y llegan hasta quién sabe dónde. Por eso le quiero. Me hace sentir... especial. En fin, que nos pusimos los trajes negros, y al acabar éramos prácticamente clones suyos.

Artillera: Estáis perfectos... padres.

Lince: Esto sigue siendo muy raro.

Cénit: Se me es muy extraño pensar que en un futuro serás la madre de mis hijos.

Lince: ¡Y a mí! ¡Déjalo estar!

Era muy raro, de verdad. Imagina que vas al futuro con tu pareja y veis repentinamente que tendréis hijos en el futuro, y encima ese hijo está contigo en ese momento y es cuatro años mayor que tú. Lo sé, muy raro.

Artillera: Veamos, para entrar debemos buscar un pequeño panel en una de las piedras. Si no recuerdo mal...

La Artillera se dirigió a una de las piedras e introdujo un código que hizo que la piedra se abriera en dos.

Lince: Lol.

Artillera: Mi memoria no me falla. Vamos.

Cénit: Madre e hija primeras.

Lince: ¿¡Quieres callarte de una maldita vez!?

Me incomodaba muchísimo que Cénit hablara como si nada de nuestro futuro parentesco. Me incomodaba y ya, ¿vale?

Cénit: Tranquila, ya me callo. Pero igualmente pasa, es de buena educación dejar que las chicas pasen primero. En especial si es mi novia.

Lince: Idiota.

Entré con cuidado a la cueva. Una larga hilera de escalones se tendía ante nosotros. Las paredes de la cueva eran grises pero con un toque moderno, las cuales no estaban frías o calientes. Era algo extraño para estar en una cueva, pues todo parecía artificial. A medida que íbamos bajando el ambiente natural iba descendiendo, dejando paso a una sala de mandos flanqueada por varios pasillos.

Lince: Uau... Artillera, ¿has estado aquí?

Ella asintió.

Artillera: Demasiadas veces. Más de las que habría querido.

Recordé la escena que habíamos presenciado hace escasos momentos y callé. Dejamos de descender y llegamos a un pasillo plano. El ambiente natural se había disipado por completo, dejando paso a una auténtica guarida. Varios ventanales se dejaban ver en las paredes del pasillo. Llegamos a una puerta cerrada con un panel de control, en el cual Artillera logró entrar con facilidad. De repente, unas voces me sobresaltaron.

???: ¿Se había programado alguna entrada para hoy?

???: No, ¿por qué lo dices?

???: Estas puertas están abiertas.

???: Cierto... mira por los alrededores, yo bajaré por el pasillo. Puede haber llegado una entrega imprevista.

???: De acuerdo.

Pasos. Unos alejándose y otros acercándose. Artillera por fin logró abrir la puerta, y en cuanto entramos, la cerré de inmediato, empujando a Cénit y Artillera.

Artillera: ¡Hey! ¿A qué viene eso?

Lince: He oído una conversación. Dos sujetos que no he podido identificar. Uno de ellos viene a ver si hay algún intruso.

Cénit: ¿Qué podemos hacer?

Nos encontrábamos en una habitación circular. En el centro había una mesa de piedra, también circular. En una de las paredes había una pantalla.

Lince: No parece haber ningún sitio para esconderse.

Los pasos se oían cada vez más cerca, y ahora que Cénit y Artillera también los oían, el ambiente era mucho más tenso.

Neotéknica me dijo que ella miraría en otros pasillos. Espero que no se haya colado nadie, no me gustan este tipo de situaciones. Hace poco volvimos la mayoría de la tropa con la pequeña Artillera y con su hermano. Pueden ser talentosos, tienen pensado introducirlos en una nueva mecánica que piensan construir en un futuro. El BRUTO, según he oído. ¿En qué estás pensando? Tengo que avanzar ya. Preparé una pistola por si acaso los sujetos que se habían colado eran peligrosos. Descendí hasta estar cerca de la puerta que daba acceso al mapa de las instalaciones. Era un excelente sitio de reuniones, debido a que no solo se podía proyectar el mapa, sino varias otras cosas útiles. Al llegar a la puerta, introduje el código para abrirla. Cuando entré no vi a nadie. Di una vuelta por la habitación. ¡Tenían que estar aquí!

???: Hola.

Me giré cuando una voz me saludó. Fui incapaz de reconocerla.

???: ¿Quién eres?

Artillera: Soy yo, la Artillera.

???: ¿No se supone que tenías siete años?

Artillera: No sé qué habrán hecho conmigo, pero ahora tengo veintitrés años.

Mayor que yo.

???: Comprendo. Recuerdo que Ultima mencionó algo de qué iban a usar una nueva máquina contigo.

La máquina podía adelantar el proceso de desarrollo de las personas. Podía ponerte 25 años si tenías 12, y cosas por el estilo. Ingenioso. También se podía revertir el efecto.

Artillera: ¿Quién eres tú?

???: ¿Por qué debería decírtelo?

Artillera: Ahora soy tu igual.

Suspiré con una mezcla de resignación y enfado. La nueva era demasiado petulante.

Catalizadora: Mi nombre es Catalizadora.

Artillera: ¿Qué hacías aquí?

Catalizadora: ¿Qué hacías tú aquí abajo?

Artillera: Simplemente he venido a ver el mapa del lugar. Ahora responde tú.

Catalizadora: Neotéknica y yo pensamos que alguien se había colado. Por eso descendí hasta aquí.

???: No estás equivocada.

Cuando quise girarme, la Artillera me agarró por la espalda. Forcejeé pero no logré escapar. Dos skins desconocidas también arremetieron contra mí. Me ataron brazos y piernas contra una de las sillas de la estancia. Intenté sacar mi pistola, pero no lo logré.

???: Dinos dónde están las grietas, Catalizadora.

Catalizadora: ¿Cómo sabes mi nombre?

Ambos sujetos se miraron entre sí. Uno masculino y otro femenino. El chico era como un esquimal, la chica parecía un gato.

???: Eso no te importa ahora. Dinos dónde están las grietas.

Suspiré. Debía seguirles el juego.

Catalizadora: Entregadme el mando de la pantalla.

Fortnite I: Choque de realidadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora