❀| 𝟎𝟑

4.8K 675 215
                                    

Estoy acostado en mi cama escuchando música, la característica voz de James Hetfield resuena por toda la habitación, la verdad es que estoy aburrido y en esta casa no puedo hacer nada sin que alguien lo desapruebe. Además de que si salgo de la habitación me pondrán a hacer algo que no quiero. Es el problema de vivir con una manada, estar rodeado de personas que no son mi familia pero que de igual forma tengo que soportar.

Algunos de los miembros de la manada viven en el pueblo, como si fueran humanos normales y eso está bien porque de alguna manera es lo que mantiene a la manada al tanto de lo que sucede en el mundo humano.

Un toque en la puerta me hace gruñir por lo bajo, odio que me molesten tanto. No respondo esperando que quien este al otro lado entienda y se marche. Cinco segundos después vuelve a tocar, me limito a colocarme una almohada en la cabeza.

—¡Se que estas ahí, JaeHyun! —la voz molesta de mi hermana me hace apretar más la almohada.

—¡Vete!

—¡No! —escucho la puerta abrirse— Papá está buscándote.

—Grandioso.

—Si no vas, sabes que se va a enfadar.

La cama se hunde bajo su peso al momento en el que se sienta sobre ella. No es que odie a mi hermana pero no me gusta estar cerca de ella, a veces me hace sentir como si pudiera ver a través de mí, y eso no es agradable y me provoca escalofríos. Mamá dice que es porque tengo una intuición más poderosa que las de los demás.

—Que lo haga. —levanto la cabeza, y ahí está ella, con sus enormes ojos grises (heredados de mi padre) y su largo cabello negro (heredado de mi madre) me ve con una dulce sonrisa.

—Ambos sabemos que no quieres eso. —suelta un suspiro— ¿Recuerdas qué fue lo que paso la última vez que lo hiciste esperar?

¿Cómo olvidarlo? Me hizo correr por el bosque hasta que me desmayé y luego me dio el sermón de mi vida diciendo que como próximo alfa debería aprender a mostrar respeto y no se que cosas más. Como siempre mi padre se iba a los extremos.

—¿y se puede saber qué es lo que quiere su majestad?

—No lo sé —se encoge de hombros— lo único qué se es que está encerrado en su despacho con Seo.

Arrugo la frente y me siento de golpe. Seo YoungHo es el beta de mi padre, su mano derecha y un hijo de puta insufrible. Se cree el rey del mundo y a veces sospecho que le gustaría tomar mi puesto como Alfa.

Muy a mi pesar me pongo de pie para ir hacía el despacho de mi padre, no quiero pero no me agrada para nada la idea de dejarlo esperando, además de que me muero de curiosidad por saber que es lo que hace el estúpido de Seo con mi padre.

—Suerte... —susurra YeEun.

Asiento y me encamino hacia la planta baja arrastrando los pies. Como me gustaría ser invisible así no tendría que pasar por cosas como estas. Al llegar a la puerta frente al despacho me detengo para tomar una larga, larga respiración. Pongo cara de poker y toco a la puerta.

Seo es el que abre, me ve de arriba hacia abajo con esos fríos ojos y luego se hace a un lado ignorándome por completo. ¡Maldito bastardo! Se cree el maldito rey del mundo, pero cuando me convierta en alfa lo enviaré lejos.

—YeEun dijo que me buscabas. —me dirijo a mi padre al momento de entrar.

Mi padre siempre logra intimidarme con solo una mirada. Es un hombre alto, cabello castaño y ojos grises como el acero. Su figura es imponente y su carácter estricto y frío lo que lo ha colocado entre uno de los mejores alfas de nuestra manada.

—Así es —su voz es autoritaria incluso cuando está relajado.— Tengo un asunto que tratar contigo.

Señala la silla frente a su enorme escritorio y yo obedesco sin rechistar. Me ve por un momento, parece estar considerando algo, luego suspira y se sienta sin quitarme la vista de encima.

Por el rabillo del ojo veo a Seo recostarse contra la pared junto a la ventana, por ella puede verse el jardín trasero.

—Y bien... —digo para hacer que mi padre empiece a soltar la sopa.

—Sabes que tu nombramiento como alfa está cerca —asiento con desgana, como si pudiera simplemente olvidarlo— y también sabes que tendrás que elegir a alguien de la manada como tu beta —asiento otra vez.— ¿Has considerado a alguien?

—No. —de hecho nisiquiera me había preocupado por eso.

Se pone de pie y sale de tras del escritorio, me desconcierta su actitud y más aún cuando va y se para junto a Seo y le pone la mano en el hombro.

—No es necesario que busques a alguien. Quiero que Seo sea tu beta.

El susodicho voltea su mirada hacia mí y juraría que hay una chispa de diversión y burlas en ellos.

—¡¿Qué?! Pe-pero...

Nisiquiera se que demonios decir. Mi padre debe estar loco de remate, se supone que soy yo quien debe elegir a mi beta y ni en un millón de años consideraría a Seo como tal.

—No es una sugerencia, JaeHyun. —su expresión se torna severa y hay cierta amenaza mandando de él lo que me hace retroceder.

—Pero no quiero a Seo como mi beta.

—¿Estas rehusándote a obedecerme?

Un nudo se forma en mi estómago y se que lo más sensato es hacer lo que pide y ya. Pero es que ¡voy a ser el próximo jodido alfa, con un demonio! Y lo que esta haciendo es demostrarme que no importa que yo vaya a ser el alfa, porque él, mi padre, siempre será quien manda.

—Esta bien, SeungJoon. —habla Seo, con un tono tranquilo y hasta cierto punto, aburrido.— Sabes que el chico es libre de elegir a su beta.

—Eso lo sé, pero conociéndolo elegirá al peor de todos.

¡Wow! Eso es peor que si me diera un puñetazo. Es solo una pequeña muestra de toda la confianza que me tiene. Muy a mi pesar tengo que aceptar que eso duele.

—¿Puedo irme ya o hay algo más que quieras decir para humillarme?

Entrecierra los ojos en mí con molestia.

—Ya estas grandecito para esos arranques ¿No crees?

Mis manos se aprietan en puños y tengo que poner todo de mí para no soltarle un puñetazo. Si lo hiciera sería como firmar mi sentencia de muerte.

Me doy la vuelta y empiezo a caminar hacia la salida. Hasta que vuelve a hablar.

—A veces me pregunto si realmente eres mi hijo o solo eres mi mala suerte hecha persona.

—¡SeungJoon! —dice Seo con una nota de reproche en su voz.

Si claro, como si ese maldito le importara que mi padre se burle de mí.

—Yo creo que soy lo segundo.

Dicho esto salgo del estudio y me dirijo directamente hacia la puerta principal, justo ahora lo último que necesito es estar encerrado dentro de cuatro paredes. La ira en mi interior crece a cada segundo y si la dejo salir... será un caos.

—¡JaeHyun!

Un niño aparece dando saltitos con su cabello castaño moviéndose salvajemente. Esta sonriendo y se acerca a mí con la intención de darme un abrazo.

—Ahora no, JungWoo. —odio ser borde con mi hermanito pero seria peor estar cerca de él cuando estoy tan molesto.

—¿Qué pasa? —mi mamá aparece por la sala con sus hermosos ojos verdes llenos de confusión.

—Tu esposo es lo que pasa. —gruño y la veo abrir la boca aún más confundida pero me hecho a correr antes de que diga algo.

Al salir de casa, corro en dirección al bosque. Ese es el único lugar en el que me siento en casa.

'LUNAS OPUESTAS' ─JAEDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora