❀| 𝟎𝟓

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Estamos agazapados detrás de un arbusto y la verdad es que estoy a nada de perder la paciencia. Es agotador tener que mantener mis sentidos puestos en nuestro entorno y además tener que mantenerme alerta con respecto al vampiro.

Dejo que el sentido del oído se amplifique en busca de algún animalito que podemos cazar. No necesito demasiado tiempo, a unos veinte metros hay una libre. Sus patas traseras chocando contra el suelo me lo confirman. Agudizo la vista y la veo, está escarbando en la tierra en busca de comida.

—¿La ves? —le pregunto en susurros al mocoso a mi lado.

—Sí, es una liebre.

—Ahora sólo debemos ser silenciosos. Sólo observa.

Me arrastró lo más silencioso que puedo y me trepó a un árbol, las liebres son demasiado asustadizas y si intentara acercarme por tierra se iría en un abrir y cerrar de ojos. El ataque sorpresa es la mejor opción. Sigo moviéndome, cambiando de árbol hasta que estoy por encima de la pequeña liebre.

Echo la vista sobre el hombro solo para asegurarme de que el chupasangre esté observando. Y lo hace, es más me sonríe y levanta los pulgares. ¿Ese es un enemigo? Creo que los hombres lobos deberíamos empezar a plantearnos que tan peligrosos son los vampiros en realidad.

Continuo con mi misión y sin darle más tiempo me dejo caer sobre la pequeña liebre y la tomo de las orejas con la mano derecha. Empieza a soltar chillidos y a patalear con desesperación.

—¡Acércate! —le grito y en menos de cinco segundos lo tengo a mi lado— Buen provecho. —le pongo a la inquieta y desesperada liebre en las manos.

—Emmm... —observa al animalito y hace una mueca.

—Adelante, come.

Traga en seco y luego niega rotundamente y me devuelve a la liebre. Se aleja y me da la espalda ¿Qué mierda?

¿Es enserio? —no puedo ocultar la incredulidad en mi voz.

—Es que... esta asustada y-yo no puedo matarla ¿y si tiene familia?

No puedo con él, pero es tan curiosa la forma en la que actúa. Mi lobo está de acuerdo conmigo, si piensa actuar así no creo que sobreviva por mucho tiempo.

—Las liebres se reproducen con mucha facilidad, que mates una no las pondrá en peligro de extinción.

Sigue negando con la cabeza. No me deja otra opción. Con un movimiento rápido le estiro el pescuezo es la forma menos dolorosa de acabar con ella. Dejo que una de mis uñas se convierta en garra y le hago un pequeño corte en la base del cuello, la sangre no tarda en aparecer. 

—Vamos, bebe antes de que la sangre se enfríe.

Se gira abruptamente y observa a la bola de pelos inerte en mis manos, sus ojos se tornan de ese extraño color azul y sus colmillos crecen, respondiendo al olor de la sangre.

Se precipita sobre mí y me arrebata el cuerpo y casi al instante le clava los filosos colmillos, en cuestión de segundos lo deja completamente seco. Si que estaba hambriento.

Sabía que el chupasangre era extraño pero de ahí a que enterrara el cadáver de la liebre

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Sabía que el chupasangre era extraño pero de ahí a que enterrara el cadáver de la liebre... es simplemente ridículo. Incluso le hizo una cruz utilizando ramitas secas.

—¡Oye colmillos! —llamo su atención. Le da unas últimas palmaditas a la tierra y luego se gira hacia mí.— ¿No se supone que los vampiros son intolerantes a las cruces y esas cosas?

Sonríe y niega con la cabeza.

—No, eso es un mito. De hecho nuestro antepasados lo inventaron... ya sabes para burlarse de los humanos.

—Eso tiene bastante sentido. ¿Y qué hay de la luz del sol? ¿Realmente no te lastima o usas algún objeto que te ayuda a soportarla?

—Ninguna de las dos. —se acuesta en el suelo y clava la vista en el cielo.— La luz del sol no nos daña, aunque si merma nuestra energía es por eso que la mayoría de vampiros prefiere salir de noche.

—¿Y duermes en ataúdes? —si, si ya se que esta pregunta es estúpida, pero no todos los días te encuentras con un vampiro que no esté dispuesto matarte.

El asqueroso suelta una risita divertida.

—No, no solemos dormir mucho pero cuando lo hacemos, generalmente es en una cama.

Nos quedamos en silencio, él simplemente levanta la mano y la mueve como si pudiera jugar con la luz del sol. No debería sentirme tan tranquilo, pero es imposible. Para mi lobo y para mí este vampiro a dejado de representar una amenaza, tal vez sea un error bajar la guardia, pero no puedo evitarlo. No cuando luce tan inocente y sobre todo indefenso.

—JaeHyun... ¿Puedo hacerte una pregunta?

Sus ojos ambarinos están puestos en mí, y por un momento me siento completamente transparente. No me gusta esa sensación... es extraña.

—La estas haciendo.

—No... —Sonríe.— Me refiero a otra pregunta.

—Adelante.

—Antes... cu-uando te encontré cerca del manantial dijiste que no estabas enojado conmigo. —asentí— ¿Entonces con quién estabas molesto?

Había olvidado la razón por la que terminé en el bosque en primer lugar. Solo de pensar en ello me dan ganas de rugir.

—Estaba enojado con mi padre.

—¿En serio? ¿Por qué?

Se pone de pie y camina hasta estar cerca de mí, se deja caer en el suelo nuevamente, con las piernas cruzadas al estilo indio. ¿De verdad voy a contarle a mi enemigo sobre mis problemas? Pues sí, porque si tengo que soportarlo, al menos que sirva de algo.

—Veras, no suelo llevarme muy bien con él y hoy pues... discutimos porque el siempre trata de humillarme con todo lo que hace. Siempre quiere tener la razón y no importa lo que yo haga para ganarme su aprobación, siempre termina por encontrar algo que me haga quedar como un idiota. —Espero que diga algo pero el simplemente me observa esperando a que termine de desahogarme.— Me molesta a tal punto que a veces lo único que quiero es largarme y no volver nunca.

—¿Y por qué no le dices como te sientes? Tal vez él lo comprenda y arreglen las cosas...

Es tan jodidamente inocente.

—No es tan sencillo, colmillos. Si se tratara solamente de mi padre tal vez... pero resulta que también es el alfa de la manada a la que pertenezco así que su nivel de autoridad se multiplica.

—Vaya, eso suena... complicado.

—No tienes idea de cuán complicado es. —Clava la vista en el cielo de manera pensativa, y ahí está de nuevo esa maldita necesidad de revolver su cabello.— ¿Sabes cuál es la peor parte?

—¿Cuál?

—Pues que se supone que en un par de meses voy a convertirme en el próximo alfa, tengo que ser un maldito líder, tengo que preocuparme por más personas que al igual que mi padre piensan que soy un inútil.

—Tú no eres un inútil. —Me sorprende la determinación en su voz y en su mirada, aunque la palabra de un vampiro no me sirve de nada y menos viniendo de uno que no actúa como debería.

—Ni siquiera me conoces, tal vez sea un inútil, tal vez solo esté diciéndote todo esto para que sientas lástima por mí.

Frunce el ceño con... ¿enojo?

—Tienes razón, tal vez no te conozca demasiado bien pero no pareces alguien que necesite buscar la lástima de nadie. Además has sido bueno conmigo desde que nos conocimos.

—Lo ves... ese debería ser la prueba de que estoy mal. No se supone que tú y yo estemos hablando sin querer matarnos. ¡Somos enemigos!

'LUNAS OPUESTAS' ─JAEDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora