❀| 𝟎𝟏

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Esta historia no me pertenece, todos los créditos a addiction_jeager Gracias por permitirme adaptar tu hermosa historia ❥

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Es un asco, realmente es un asco estar en este lugar, joder que ya tengo casi dieciocho años y puedo tomar mis propias decisiones. No es como que todo el tiempo tengan que estarme tratando como un niño. Tampoco tienen porque enojarse tanto cuando cometo un error, a veces siento que me tratan como si fuera el anticristo y estuviera a punto de desatar el maldito apocalipsis.

Es que sigo sin comprender como es que mi madre pudo enojarse tanto por que tome un trozo de pastel que había en la mesa, no tenía ni la más mínima idea de que lo guardaba para la cena. ¡No es mi culpa! Pero claro, a quien demonios le importa. A todos les gusta culparme por cada cosa que sucede en casa. Bien, pues que se jodan.

Me hecho a correr por uno de los muchísimos senderos que llevan al bosque, esto es lo único que me hace mantener el control. Correr entre los árboles, sentir su aroma, escuchar el viento meciendo las hojas. Pero lo que más me gusta es sentir la tierra crugiendo bajo mis pies. Amo este lugar y aun cuando quisiera largarme lejos y dejar atrás a mi loca familia, se que no sobreviviría mucho tiempo lejos de este bosque, me transmite cierta paz. Es como si la energía de los árboles —y de la misma tierra— corriera por mis venas. Si por mí fuera pasaría el resto de mi vida aquí.

Me detengo y coloco la espalda contra un enorme abeto, respiro hondo llenando mis pulmones con ese olor a tierra y vida. Lastimosamente hay algo que evita que este lugar sea mi paraíso personal. Ese algo es mi padre, el alfa de la manada, y mi verdugo. Se supone que en poco tiempo debo tomar su lugar y convertirme en el próximo líder. Lo que en sí es una mierda.

No me veo a mí mismo como alfa, de hecho me considero más un lobo solitario, no me gustan las responsabilidades ¿soy egoísta? Lo soy y no me molesta aceptarlo. No quiero estar a cargo de una manada, no quiero tener que rendirle cuentas a los demás y por sobre todo no quiero tener a nadie dependiendo de mí, en pocas palabras no quiero ser el protector de nadie.

Veo a mi alrededor y me doy cuenta de que ya estoy lo suficientemente lejos como para hacer lo que me da la gana. Me siento en el suelo sin despegar la espalda del árbol. Cierro los ojos y dejo que mis sentidos tomen el control. Los sonidos se amplifican, es como usar auriculares a todo volumen, soy capaz de escuchar pequeños sonidos que un humano no podría. El vuelo de una mosca, la respiración de un ciervo, incluso el sonido de las hojas al caer al suelo. También mi sentido del olfato mejora. De hecho mi olfato es cien veces mejor que el de mi padre, cosa que él no sabe. Es como mi arma secreta, en su mayoría, lo utilizo para saber en donde se encuentra y así evitarlo, solo digamos que nuestra relación no es demasiado buena.

De pronto percibo un aroma desconocido y a la vez ligeramente familiar. Es fuerte y desagradable es un aroma a muerte... Vampiro. Me pongo de pie en un salto, no se supone que esas alimañas entren nuestro territorio, de hecho es estúpido que siguiera lo consideren. Este vampiro es muy temerario o tiene instintos suicidas.

Empiezo a correr de manera sigilosa pegándome contra los árboles. Odio a los vampiros casi tanto como la idea de ser alfa. Esas criaturas son mezquinas y asquerosas, son parásitos chupasangre. Me he topado con unos cuantos y ninguno de ellos ha sido de mi agrado, no se si sea su piel pálida, fría o esos horrendos colmillos como agujas o quizás sean sus ojos. Cuando un vampiro entra en modo de ataque, sus ojos cambian al igual que los nuestros. Pero los nuestros son increíbles, los de ellos... desagradables. Sus irices se vuelven rojos y el globo ocular negro, simplemente asqueroso.

Sigo corriendo hasta que el aroma es tan intenso que escuce mi nariz, sin embargo hay un matiz diferente, pero es demasiado tenue. Me trepo a un árbol hasta llegar a la rama más alta para tener una visión completa de lo que hay a mi alrededor y entonces lo veo.

No está demasiado lejos, a un par de metros cuanto mucho, también está subido a un árbol esta agazapado viendo algo en el suelo. Dirijo la vista hacia donde el bastardo ve, por un momento espero encontrarme con un campamento, lo humanos suelen venir a menudo, pero no es eso es un grupo de ciervos que se alimentan. Así que el vampiro está cazando, bien pues escogió un mal lugar para hacerlo, porque esta dándome el pretexto perfecto para atacarlo y liberar mi furia.

Luego de un momento el vampiro se pone de pie y baja del árbol dando un salto y aterrizando suavemente, se aleja caminando hacia un claro, al llegar se deja caer en el suelo con las rodillas pegadas al pecho y la cabeza recostada sobre ellas. Me bajo de la rama en la que me encuentro y me acerco, a medida que lo hago me percato de lo inusual que resulta este vampiro. Es más pequeño de lo que parece, digo de por si los vampiros tiene una complexión delgada pero este parece incluso escuálido. Y ni hablar de lo descuidado que es, estoy lo suficientemente cerca como para que se de cuenta que estoy aquí y sin embargo no lo hace.

Dejo que mis ojos cambien, tampoco es que pueda evitarlo es puro instinto más aun cuando hay un asqueroso vampiro a un par de metros de distancia. Mis colmillos también salen y siento el rugido de advertencia que burbujea en mi pecho y por supuesto lo dejo salir.

El efecto es inmediato, el asqueroso vampiro se pone de pie tan rápido que por un momento parece que va a caer de bruces pero logra mantener el equilibrio. Es joven, lo que me hace pensar que es de "sangre pura" —aunque lo veo como una sabandija de esas pueda ser de sangre pura—. Debe haber nacido siendo vampiro, porque hasta donde yo sé, hace mucho que las sabandijas no convierten humanos tan jóvenes, pero nunca se sabe.

Se tensa de pies a cabeza al verme, sus colmillos hacen acto de aparición y sus ojos cambian pero... no son rojos y negros son... ¡Azules! Ladeo la cabeza por la sorpresa ¿por qué tiene los ojos de ese color? Doy un paso adelante y él retrocede bajando la cabeza lo que provoca que su cabello caiga por completo en su rostro.

—¡Vaya vaya! Pero si es un pequeño chupasangre —digo con tono burlón.

Da un respiro y retrocede otro paso.

—¿Qué pasa? ¿te mordiste tu propia lengua?

'LUNAS OPUESTAS' ─JAEDO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora