'LUNAS OPUESTAS' ─JAEDO

❀| 𝟐𝟔

—¡Tienes que decirme lo que pasó! —¿esa es la voz de YeEun? Parece molesta.— Y no me salgas con que no es nada, porque mi hermano lleva inconsciente demasiado tiempo como para considerarlo "nada".

¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo abrir los ojos? ¿Por qué me duele malditamente todo? Me conformaría con tener aunque sea una respuesta.

—Cálmate, y ya te dije que JaeHyun está bien. —Esa es la voz de Seo.— La hierba mata lobos que tenía en su sistema por fin esta disolviéndose y cuando eso pase entonces despertará.

¿Hierba mata lobos? ¿Pero de qué está hablando? Me siento como si hubiera sido aplastado por un enorme árbol.

+Tienes que despertar de una vez por todas. —exige mi lobo y lo siento débil.

—¿Qué pasó? —le pregunto porque justo ahora es el único a quien puedo preguntárselo.

+¿Enserio me lo estas preguntando? —bufa con molestia— los padres de nuestro vampirito nos descubrieron... y luego todo se fue a la mierda.

—Espera... ¿Qué?

+Como lo escuchas, lo peor de todo es que el hijo de puta de su padre nos inyectó hierba mata lobos para dejarnos fuera de combate. Y lo consiguió.

—¿y DoYoung? ¿Qué pasó con él? ¡Por favor dime que está bien! ¡Dímelo!

+Cálmate. —guarda silencio por un momento lo que solo aumenta más mi ansiedad.— La verdad es que no sé que paso con él, me quede inconsciente casi al mismo tiempo que tú. Es precisamente por eso que te digo que debes despertar.

—Pero...

+¡Solo hazlo!

Y como si de una orden se tratara, mi cuerpo empieza a ser consciente de lo que hay a su alrededor y quizá lo más insoportable es el dolor que recorre cada espacio de mi cuerpo. Mis músculos se tensan y se relajan... es casi como si estuviera transformándome. Es así de doloroso.

—¡Mira, mira! —dice YeEun y se escucha bastante cerca.

—Lo ves, sólo necesitaba tiempo para recuperarse.

Por fin, mis ojos empiezan a obedecerme y se abren lentamente y que grave error, la luz me cega y duele.

—A-alguien apague la puta luz... —mi voz esta ronca y mi lengua se siente como si estuviera llena de pegamento.

—Si hasta convaleciente es un cabrón. —Se queja mi hermana— el hecho de que parezcas un enfermo terminal no significa que debas tratarnos de esa manera.

—¿Es enserio? —digo fastidiado y es que no tengo ni las ganas ni la paciencia de ser amable.— Me siento hecho una mierda.

—Te ves como la mierda.

—Gracias Seo, no sabes lo mucho que necesitaba escuchar eso.

Mi hermana y el idiota ese se ríen, como si les importara un pepino mi estado tan lamentable. Decido ignorarlos, y con las pocas fuerzas que tengo logro sentarme. No me toma demasiado tiempo reconocer el lugar en el que me encuentro. Es mi habitación. Al menos YeEun me ha hecho caso y ha apagado la luz principal, dejando únicamente la tenue luz de la lámpara de noche.

—¿Recuerdas lo qué pasó? —Pregunta Seo sentándose en la orilla de la cama y observándome detenidamente. Parece que no ha descansado muy bien, tiene ojeras.