Capítulo dedicado a Rachelparejo porque estuvo de cumple ayer sábado y técnicamente este es el cap de ayer.
El cielo lucia despejado, las estrellas esparcidas en pequeños puntos de luz a lo largo de este. ¿Este era el jodido sentimiento del que todos los adolescentes del mundo alardeaban? ¿Había vivido los doscientos años de mi vida en una cueva? Creí amar a Helena hasta que me di cuenta de lo enfermizo que se volvió aquella obsesión hasta el punto de transformarme por ella.
En el cielo, en las estrellas, en la niebla y en cada maldita superficie sólida o no, veía su rostro. Estúpida y entrometida pelirroja.
—Feliz Acción de Gracias, jefe.
A un costado aterrizó Dick, seguido por Val mientras yo me encontraba con la mirada perdida en el bosque.
—Alguien no comió un buen pavo —murmuró Val.
Hacía frío, o al menos un humano lo habría denominado de esa forma; mientras tanto, con una fina camiseta y sentado en el borde del tejado la brisa no hacía más que despeinar mi cabello.
—Sí, bueno. Ignorando el hecho de que Arion parece salido de un funeral...es una linda noche.
Blanqueé los ojos al comentario de Val.
—¿Cuántos van?
—Quince.
Eran suficientes, al menos para mí. De los treinta integrantes que permanecieron en el clan, más de la mitad había aceptado enfrentar a Ashton.
—Bien, partimos.
—¿No te despedirás de ella? —inquiere Val.
—¿Qué te hace pensar que quiero hacer eso?
Mi gesto es lo suficientemente hosco para que no replicase. Viajaríamos por tierra, puede escuchar a Val discutir sobre eso con su novio pues esto lo hacíamos más que todo por ella.
Ojeé el reloj, un par de veces antes de sentir la ráfaga de viento que trajo consigo la llegada del último miembro de nuestro grupo.
El resto del clan acudiría de la forma tradicional.
—Terreno despejado, las chicas están a salvo de momento —informó el recién llegado subiendo a la camioneta.
Val me levantó una ceja por el espejo retrovisor.
—¿No que no?
—¿Algo fuera de lugar?
—El cabello de Ana —la mirada que le di lo hizo sonreír burlón—. Estuve espiando hasta que su abuelo salió en su camioneta y miró directo al techo donde estaba, si no lo conociera podría jurar que ese señor es mejor vampiro que nosotros.
Asentí y partimos, sería una ruta de cuatro horas por carretera hacía el condado donde se ocultaba el Clan Sahirs, cuatro horas silenciando los molestos ruidos del móvil de Evan y soportando al par de tórtolos darse el lote en el asiento trasero. Cuatro horas donde cada maldita canción que aparecía en la radio me recordaba a Anabelle.
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Colder✅ [Libro 1]
VampireEn mis visitas al pueblo de Atenas la alegría siempre fue predominante, hasta aquel desastroso verano que marcaría mi vida para siempre. Ahora, tres años después, tendría que volver y enfrentarme a mis traumas. Sin contar que lo que se escondía tra...